Sin embargo, a decir de algunos funcionarios de la comuna, lo anterior no es impedimento para el derroche, afirman que hay una sobrepoblación de trabajadores, estimada en 400, de los cuales unos 120 son recomendaciones del cuerpo edilicio, una muy buena parte de los mismos, empleados que sólo se ven los días de quincena.
La deuda municipal que se situó por arriba de los 70 millones de pesos al terminar la gestión del anterior alcalde Nereo Bandera Zavaleta, hoy supera 140 millones de pesos, un monto preocupante para las circunstancias que envuelven a esta localidad.
También se hace énfasis en que el presidente municipal Miguel Ángel Colín Nava tiene un ingreso mensual de 110 mil pesos, más un bono de compensación que oscila entre 40 mil y 50 mil pesos. Para acabar pronto, gana más que el gobernador Graco Ramírez Garrido, quien en nómina tiene como pago 100 mil pesos. Qué decir de los secretarios de despacho, el de Gobierno cuenta con 90 mil pesos y el resto del gabinete 70 mil. Pues el edil de Temixco casi los duplica.
Lo más sensible y penoso es que buena parte de quienes trabajan para poder llevar algo a su hogar, a sus familias, hace un mes que siguen esperando una respuesta a lo que ya se ganaron, ésta sigue siendo en el sentido de que no hay dinero y que tienen que seguir aguantando.
Bien, el acuerdo en el cuerpo edilicio es que se tiene que llevar a cabo una sesión ordinaria de cabildo cada 15 días, hace más de mes y medio que no convocan a los regidores y al síndico. Ellos consideran que se trata de una estrategia para prolongar la vida en la Secretaría de Gobierno Municipal de Santiago Ayala, sin embargo, se refería desde ayer que ya había quedado fuera y que alguien más ocupaba su lugar.
Un regidor sostuvo que la semana pasada Colín Nava estuvo fuera del territorio, “no sabemos dónde andaba, sólo que salió, tampoco tenemos entendido a qué asunto, la cosa es que teníamos ya fechada una sesión de cabildo y no se nos llamó”.
A Colín le está pasando algo similar a lo que le ocurrió a Manuel Martínez Garrigós cuando llegó a la comuna capitalina, hizo alianzas con todo mundo para ganar la elección, pero una vez instalado, tuvo que distribuir posiciones y aceptar recomendaciones de corrientes panistas y perredistas que se sumaron a su proyecto.
Nunca logró consolidar un equipo, fue un desorden administrativo en todos los sentidos y al final, cuando el barco se hundía, sus aliados saltaron y lo dejaron solo. Así acontece en Temixco, el actual alcalde llegó con la bendición del senador Fidel Demédicis Hidalgo, quien le ha metido muchas cuñas y controlado buena parte de las posiciones más importantes.
Se menciona que entre esos personajes que le han hecho mucho daño estuvo Santiago Ayala, por eso no quería soltarlo, estaba en medio de la espada y la pared, por un lado la mayoría de los integrantes del cabildo presionando para que lo renunciara ante la evidencia de diversas irregularidades, y por el otro, Demédicis ”apadrinándolo” y peleando esa parcela.
Sin embargo y a más de un año de administración, la problemática parece más complicada que antes, se requiere de una depuración total y una cirugía mayor al interior de las estructuras municipales para aligerar la carga en lo que se refiere al gasto corriente y poder dejar algo de dinero para obras públicas, no obstante, se advierte falta de responsabilidad para tal efecto.
Con la baja de esos 400 empleados que hay de más, con la reducción de salarios y de fondos de prestaciones y bonos, bien pudiera el edil tener mayores márgenes de maniobra para salir del desajuste presupuestal, pero a juicio de quienes viven las cosas desde dentro, eso no se va a dar, precisamente porque se trata de arreglos y pago de facturas todavía derivadas del proceso electoral.
Este es el principal problema en la mayoría de los ayuntamientos, la sobrecarga de compromisos producto de alianzas y apoyos recibidos que deben ser cubiertos, así sea a costa de sacrificar recursos para atender las necesidades sociales y desde luego una ausencia de vocación de servicios, porque a los presidentes municipales, regidores y síndicos no les interesa que no haya dinero, de ninguna manera están dispuestos a sacrificarse para dar buenas cuentas, eso de que Colín Nava gana más que el Gobernador, como muchos otros alcaldes, seguramente es incorrecto, sobre todo porque no están en bonanza.
Otro ejemplo de voracidad es el alcalde de Puente de Ixtla, Julio Espín Navarrete, persiste en buscar que el Congreso local le autorice 66 millones de crédito, pero la semana pasada, cuando trajo un contingente de supuestos ciudadanos a presionar al recinto Legislativo, lo hizo pagándole 200 pesos a cada uno de los que aceptaron venir a la capital.
No hay recursos para pagar nóminas y compromisos municipales, pero sí para comprar conciencias. Eso es inaudito y habla de la falta de seriedad en la conducta de los “servidores públicos”, claro, tampoco todos son iguales, sí hay quienes buscan con toda responsabilidad, dejar precedentes y heredar a quien los suceda un ambiente diferente, sobre todo sin tantos adeudos que fue el denominador común de las anteriores gestiones en las alcaldías, que no cuidaron procesos legales iniciados en tribunales laborales por despidos injustificados.
Radiografia del Poder
En quebranto, alcaldía de Temixco
No ha logrado pagar nómina
Edil gana 110 mil más bono
Más que la mayoría de las presidencias municipales, la alcaldía de Temixco sigue empantanada en una especie de quebranto financiero, no ha logrado pagar las dos últimas quincenas y los compromisos se multiplican, hay algunas obras en desarrollo, pero son producto de programas federales, porque nadie sabe cuál es el destino que se le viene dando al presupuesto anual.
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