Sin embargo, desde el exterior se aprecia un reposicionamiento de nuestro país; hay opiniones y voces de políticos y empresarios de Europa, de Centro y sud América y, más recientemente, de personajes influyentes en la opinión pública de los Estados Unidos. Y mire que para que ellos acepten que algo positivo viene ocurriendo en nuestra patria, es muy difícil.
El asunto viene a colación porque ayer, el dirigente priista en el estado, Jorge Schiaffino Isunza, entre diversos comentarios que hizo sobre distintos temas, habló de cómo desde otros lugares del mundo se acepta que las reformas pudieran ser el principio de un nuevo rumbo nacional, mientras que “en México, las minorías siguen insistiendo en que han sido un error”.
El tema es muy interesante y apropiado para el debate, efectivamente, para un considerable sector social, receptivo a cuestionamientos sobre todo en materia de la reforma energética, los cambios aplicados servirán para que grandes transnacionales en la materia se beneficien y se lleven parte de nuestra riqueza, pero para analistas y estudiosos, además de dueños de capitales y accionistas de empresas en materia energética, era la única vía para poder llevar a otros niveles la transformación del crudo y sus derivados.
Con recursos propios o inversionistas nacionales nunca pudimos siquiera transformar el petróleo en gas o gasolina por lo menos para el consumo interno, la mayor parte de esas necesidades se han venido importando precisamente de Estados Unidos, a quien le vendemos el insumo y ya nos lo regresa industrializado.
Ese es el propósito original de la reforma, consideramos, que en territorio nacional se instalen las grandes refinerías y sea desde aquí de donde se transforme el elemento para nuestro consumo e incluso para la exportación, cambiando radicalmente los papeles y entonces sí, reduciendo el precio de los derivados.
Pero no sólo eso, precisamente la discusión al respecto tiene su origen en que en fecha próxima, un importante rotativo de la unión americana publicará una entrevista al presidente de la república, Enrique Peña Nieto, en la que el periodista agrega algunas opiniones y entre otras cosas sostiene que con base en las reformas, el mandatario mexicano está haciendo historia , que ha sentado las bases para regresar al desarrollo y al crecimiento y que es algo inédito, porque ha impulsado cambios estructurales de los que no se tiene memoria en esta nación.
Igual y es exagerado, sobre todo porque aquí no se ve todavía el efecto real que en la economía popular puedan tener esas transformaciones constitucionales pero queremos pensar que quienes así lo ven desde el exterior, es porque tienen experiencias y conocimientos académicos e históricos de lo que todo eso representa para un país como el nuestro.
Además, tampoco es aún el momento para reclamar resultados, todavía la mayoría de los cambios legales están en la etapa análisis y aprobación de las leyes secundarias, para después ponerlas en práctica, sólo que esto nunca lo aclaran los críticos y antagónicos de las mismas, caso muy particular, AMLO, que de inmediato declaró sobre la positiva opinión a publicarse en el vecino país, a fin de buscar descalificarla.
Otro punto que pondera esa entrevista y su contenido editorial es que la reforma en telecomunicaciones es igualmente vista como de avanzada, que contrariamente a quienes le han antecedido en la presidencia de la república, EPN parece ir en contra de los monopolios y los intereses fácticos en la materia, muy concretamente se refieren a Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo.
Pero insistimos, hasta ahora, los elogios y buenos pronósticos para México, con base en los cambios diversos, llegan de diversas partes del mundo, pero en casa, los argumentos siguen siendo negativos y hasta de condena. Ya ve que el propio López Obrador inició una denuncia contra el presidente por traición a la patria, basada en el supuesto de que ha entregado el petróleo a intereses externos.
Las leyes secundarias deberían apresurarse a fin de que se puedan ya poner en práctica los cambios y la ciudadanía pueda medir hasta donde ha sido positivo o negativo. Sobre todo, ver si en verdad, esas opiniones aprobatorias de fuera de nuestras fronteras se traducen en llegada de capitales de grueso calibre que inicien por dar empleo calificado a muchos connacionales.
Se perciben buenas intenciones de consorcios españoles y norteamericanos, serían los primeros en solicitar participar en licitaciones en relación a apertura de empresas de refinamiento de crudo. A partir de ahí ya se tendría una percepción mucho más clara sobre las repercusiones a mediano y largo plazo.
Por el momento, quienes siguen repudiando las reformas y aquellos que desde otros países consideran que son hechos históricos que cambiarán el rumbo de México, polemizan en el aire, no hay aún hechos específicos que validen la posición de cada una de las partes. Sin embargo, algo tangible es que políticamente Peña Nieto está pagando ya el costo de haberse atrevido. Internamente la visión es contraria y en todo caso, deberá apostarle al tiempo, evitar que la corrupción pueda impedir buenos resultados como suele ocurrir y es un riesgo, a pesar de que los cambios sean los ideales.
Hay tantas cosas que se han podido hacer bien, pero que la mano de los políticos lleva a transformar en fracaso, es aquí donde se debe dar un fiel seguimiento para evitar todo tipo de trampas y garantizar que los procesos se cumplan cabalmente. Si es así, los aplausos y reconocimientos internos vendrán en su oportunidad.