Entre otros datos registramos el referente de que existen poco más de siete millones de pobres extremos en el país, miles de familias que viven prácticamente de la nada, con hogares construidos a base de materiales rupestres, buena parte de ellas en zonas inhóspitas, como ocurre en los estados de Guerrero, Oaxaca o Chiapas, por citar algunas entidades federativas, sin acceso a la salud, educación y los demás servicios fundamentales del ser humano como el agua.
Esos, desde luego, son los extremos y podemos decir sin lugar a error, que a pesar de que la colonia El Universo fue incluida dentro del programa nacional contra el hambre, comparados con esos sectores antes mencionados, viven en la gloria, ya que su nivel de marginación es mucho menor. El evento fue incluso en una escuela que ciertamente requiere de mejoras elementales, pero con vías de comunicación, luz eléctrica y hasta agua potable, cuya red será mejorada.
Se trata sin duda de un bondadoso programa, porque no sólo viene atacando la insuficiencia en el consumo de alimentos. Es un paquete integral que intenta atacar todos los frentes, es decir, hay recursos para dignificar la vivienda, mejoras en el abastecimiento de agua, proyectos de clínicas para atención de la salud, es decir, combate cualquier deficiencia estructural en los pueblos, colonias y comunidades.
Claro, tampoco se pueden resolver todas las necesidades de esos conciudadanos, sin embargo, sí son apoyos que por lo menos intentan terminar con el círculo vicioso del abandono, la ignorancia y la extrema marginalidad.
Y es que la pobreza es producto de la ignorancia. Todavía buena parte de esas familias o por lo menos las personas de mayor edad no saben leer ni escribir, muchos de sus descendientes tampoco han logrado mejorar mucho en su formación y eso los pone en una situación de escasa competencia laboral, de ahí que también entre ellos prive un elevado nivel de desempleo que es sinónimo de poco ingreso económico.
La funcionaria, acompañada por el gobernador Graco Ramírez Garrido, el alcalde de Cuernavaca, Jorge Morales Barud y el delegado de Sedesol en el estado, Jorge Meade Ocaranza, reconoció lo complicado del problema de la pobreza en el país, porque hay regiones que por su propia naturaleza y conformación geográfica, están menos favorecidos en torno al desarrollo.
México, hasta hace algunos años, ofrecía tres grandes zonas que se distinguían muy bien entre sí, la parte norte, de los estados colindantes o cercanos con la frontera hacia los Estados Unidos, considerados como los más ricos. Bueno, pues Nuevo León sigue siendo uno de los más fuertes en materia de desarrollo industrial, Monterrey es muy fuerte en ese sentido.
Un centro que conforma a los estados conurbados con el Distrito Federal, donde se comparte desarrollo industrial con prestación de servicios, aquí los más poderosos son precisamente la capital, el Estado de México y Puebla y una región sur de la República Mexicana, con los mayores signos de pobreza, entre ellos, Morelos.
Y decíamos que el norte del país presumía de rico, sin embargo, curiosamente fue en esa parte donde comenzó a florecer la delincuencia y aparecieron los cárteles de la droga, delincuencia organizada que se fue extendiendo progresivamente hacia el resto de la nación, Tamaulipas, Sinaloa, etc., abrieron mercado a lo grande en la materia desde hace años, seguramente por contar con el mercado de consumo mayor del mundo, la Unión Americana.
Hoy, precisamente ese fenómeno los ha golpeado tanto, que grandes empresarios han optado por salir en busca de lugares más seguros para sus capitales, así que ya la diferencia no es tan abismal con los estados restantes, sin embargo, municipios de La Montaña en Guerrero o de la sierra en Oaxaca enfrentan situaciones verdaderamente dramáticas en materia de marginación, tanto, que millones de personas, entre ellas ancianos y niños, sólo tienen para consumir un alimento al día, lo que es verdaderamente cruel.
Intentar por lo menos amortiguar un poco esos efectos ayudaría mucho en la batalla por enderezar el rumbo de nuestro país, porque es esa ignorancia y pobreza mayúscula la que empuja a muchos a tomar caminos equivocados en su desesperación por encontrar alguna salida a sus males.
Por eso consideramos plausible lo que vía Sedesol viene haciendo el gobierno federal, en una tarea perfectamente coordinada con los estados y municipios, porque sólo de esa manera, con la intervención de los tres niveles de gobierno es que se puede lograr el éxito.
Pero además, es interesante ver que esos instrumentos logran romper las barreras ideológicas y partidistas, sentar en el mismo templete a figuras políticas de partidos distintos, con un discurso conciliador y de mutua colaboración, aunque al paso del tiempo los tengamos que ver en sendas campañas electorales, tirándose con todo por la disputa de posiciones de poder, pero en este momento es tiempo de tregua, de trabajo y de compromiso con los que menos tienen.
Ojalá que así fuera siempre. Este estado y el mismo país vivirían momentos menos difíciles, pero seguramente en un año más, el amor entre ellos se habrá terminado y los golpes estarán al orden del día.
Porque entre quienes estaban ayer en el acto, había personajes que al corto plazo comenzarán a desarrollar tareas de carácter partidista. No dudamos que el delegado Jorge Mead, quiera participar en la selección de aspirantes a la alcaldía capitalina por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), mientras, del otro lado, el Secretario de Gobierno de la administración de la Nueva Visión, Jorge Messeguer Guillén, hará lo propio y por la misma posición, pero vía el PRD.
El mismo Morales Barud, si logra entregar cuentas más o menos aceptables en Cuernavaca, pudiera reclamar una posición en la cámara de diputados federal. Es decir, hay razones para pensar que más pronto que tarde, se pudieran ver las caras en la calle, pero ya en una lucha sin cuartel.