Podemos considerar que ya el escenario está prácticamente listo, incluido el de Plaza de Armas, que desde ayer comenzó a ser armado para no tener que llegar con aprietos a este lunes primero de octubre cuando se lleve a cabo la toma de protesta del cargo por seis años.
Bueno, particularmente el despacho del jefe del Poder Ejecutivo en Palacio está siendo remodelado y acondicionado, por lo pronto, ya no tiene un solo mueble de los que utilizó Marco Adame Castillo hasta la semana pasada, porque por lo visto, toda la presente semana fue de limpieza y desalojo de lo que ya no funcionará en adelante.
Pero lo más importante para quienes llegan, es haber logrado, vía el Poder Legislativo, hacer prosperar dos objetivos, primero, que el pleno del Congreso autorizara el traslado de poderes a Plaza de Armas para que ahí se lleve a cabo el acto de la toma de protesta y dos, lo más trascendente, que finalmente fueron aprobadas cinco secretarías más y la urgencia era porque se quería precisamente hoy incluir esos nombres de sus titulares y entonces, todo parece en concordancia.
Y si las cosas han logrado caminar bien hasta ahora entre los dos poderes, Ejecutivo y Legislativo, tendríamos que suponer que así será en lo sucesivo y eso redundaría finalmente en un trabajo conjunto que es lo que ha mostrado dificultades en los recientes sexenios.
A partir del periodo de Jorge Carrillo Olea, cuando la oposición creció sustancialmente en el Congreso, el legislativo logró mayor margen de independencia y autonomía que no siempre fue bien utilizada, ya que cuando se requería, se llegaba casi a la carnicería y esto, ha quedado demostrado a lo largo de los años, no se tradujo en algún beneficio para los gobernados, por el contrario, llegamos a presenciar trampas y parálisis que representaron estancamiento en el desarrollo de Morelos.
Con Sergio Estrada Cajigal las cosas no fueron distintas, siempre hubo una especie de divorcio entre los diputados y el mandatario en turno, todavía recordamos aquellas declaraciones de confrontación del secretario de Gobierno de esa época, Eduardo Becerra Pérez.
Era quien le echaba leña al fuego y ya sabrá usted, los legisladores lo que hacían era enderezar las metralletas hacia la figura de Estrada Cajigal, por eso es que llegado el momento, estuvo a punto de correr la misma suerte que JCO, se salvó de la guillotina sólo por la bendición presidencial, su amigo Vicente Fox operó a su favor.
Marco Adame Castillo más bien supo llevarla con los diputados, buscó en todo momento una relación de respeto y cuando tenía que referirse al trabajo del Congreso, lo hizo cuidadosamente para no generar polémica, eso le evitó inconveniencias, aun en estos tres años finales cuando la composición en el recinto legislativo fue dominantemente de oposición.
Graco Ramírez parece haber dado los primeros pasos de manera acertada, al menos pudo sacar con éxito los primeros acuerdos, claro, debió de llegarse a negociaciones para tal caso, sin embargo, en política ese es el camino, el diálogo y los acuerdos, el avanzar un poco, pero también ceder; quienes no lo entienden así, han sufrido las consecuencias.
Ahora bien, tampoco, en calidad de gobernados, deseamos ver a un Legislativo entregado en los brazos del mandatario en turno, sí a los acuerdos que tengan que ver con la mejora y estructura de las leyes, además de las condiciones para poder avanzar como entidad federativa, pero tampoco complacencia cuando hay que exigir resultados y compromisos contraídos con la ciudadanía.
Son la representación popular y tienen la alta responsabilidad de velar por el buen ejercicio público y de los recursos presupuestales, en esos puntos los diputados deben cumplir con representar el equilibrio en el ejercicio del poder, de otra manera se cae en extremos.
De la manera que sea, la actual legislatura se ha tenido que aventar ya dos que tres acuerdos y compromisos, independientemente de lo que hayan pactado internamente, hacia afuera parece que avanzan, claro, en medio de ciertas dificultades, porque sobre todo en el arranque las diferencias partidistas, de distribución de espacios y comisiones, los ponen unos frente a los otros, pero aquí ya pasaron dos que tres obstáculos.
Sí, apreciamos un comienzo bastante más terso que hace tres años, a estas alturas aquello era un escándalo y los priistas andaban agarrados del chongo entre ellos, pasaron meses, bueno, hasta años para que las aguas volvieran a su nivel, pero de trabajo poco entregaron.
Esa es la idea, que superen enconos y entreguen resultados, deben remar contra corriente, ya que la imagen que tienen en el Congreso es desafortunada, lograr resarcirla será tarea difícil, pero no imposible, van por la vía adecuada, hay que continuarla, porque sólo tienen dos años de trabajo efectivo, ya en el tercero, comienzan las inquietudes electorales y muchos buscan seguir la carrera política descuidando sus labores legislativas.
En concreto, las cosas están a modo para que Ramírez Garrido se haga cargo de las instituciones del estado, hoy es el último día hábil de la administración de Adame Castillo, que salió en medio de bloqueos, plantones y protestas, pero seguramente verá con tranquilidad los toros desde la barrera a partir de este momento.