El pronóstico de que la presencia de fuerzas del orden federal, tanto de la Policía Federal Preventiva (PFP), como del Ejército y hasta la Marina obligarían a los delincuentes a refugiarse en otros estados generando el conocido “efecto cucaracha”, parece que no se logró, los acontecimientos en la materia son los que venimos observando desde aquel día en que cayó el jefe del cártel de los Beltrán Leyva, Arturo Beltrán Leyva, en el fraccionamiento Altitude, aquí en Cuernavaca.
Esos operativos de seguridad van orientados fundamentalmente a atacar lo que denominan delincuencia organizada, es decir, hechos de alto impacto como el secuestro, violaciones, venta y consumo de enervantes, pero observamos un territorio prácticamente intacto en ese sentido, las células del narcotráfico como que ni se inmutaron, siguen operando sin mayores dificultades y más bien libran una batalla entre grupos diferentes.
De unos días a la fecha Morelos sigue siendo referente obligado incluso en medios nacionales de información por los sucesos desafortunados ocurridos en Tres Marías, del municipio de Huitzilac, donde policías federales estuvieron a punto de ejecutar a dos norteamericanos, presuntamente de la CIA, y un marino, eso también ha distraído la atención mientras se siguen cometiendo asesinatos y toda clase de irregularidades que no son sancionadas.
El delito común no encuentra freno, los atracos son cotidianos fundamentalmente en Cuernavaca y el área conurbada, pero con el agravante de presuntas complicidades con elementos de cuerpos policiacos de la localidad.
Un amigo relataba al reportero como, luego de haber sido víctima de robo y desmantelamiento de su vehículo Jetta 2011, solicitó el apoyo de la Policía Preventiva Metropolitana de Cuernavaca, para denunciar al sujeto de nombre Oscar Pascual.
El tipo en cuestión se dedica a la hojalatería, de tal manera que le llevó la unidad para que le hiciera un trabajo, le entregó además dos mil 200 pesos en efectivo, pero el presunto delincuente se dedicó a pasear en el auto, cuando intentaron recogerlo, estaba prácticamente desvalijado.
Aún con todas estas agravantes en la Dirección Jurídica y de Auxilio Ciudadano de esta capital nunca procedieron y por el contrario, a quien sacaron de las oficinas fue al quejoso. Éste ya interpuso la denuncia en la Procuraduría General de Justicia, ojalá que aquí sí proceda. ¿Cómo vamos a estar bien con este tipo de complicidades?
Por eso insistimos en que algo anda muy mal en las instituciones competentes en materia de investigación, persecución y sanción del delito, tanto que ni el Operativo “Morelos seguro” ha podido ser la solución, y mire que es lo mejor que tenemos, porque los cuerpos policiacos estatales y municipales son de adorno.
CUERNAVACA EN EL HOYO
Contrariamente a otras administraciones, recordamos aquella que encabezó Alfonso Sandoval Camuñas o la de Sergio Estrada Cajigal, que mostraban a una capital del estado en permanente mejoría y evolución. Hoy la ciudad parece hundida en un hoyo sin fondo.
Bueno, el trabajo que desde aquí desarrolló Estrada siendo alcalde fue lo que lo proyectó hacia el interior de la entidad para alcanzar la gubernatura. Es decir, era el ejemplo a seguir para el resto de los municipios, hoy sin embargo, parece lo contario, es el mal ejemplo y la referencia obligada cuando se habla de una pésima administración.
Desde luego que el menos culpable de todo lo que pasa es el edil Rogelio Sánchez Gatica, el hombre hace lo que humanamente puede para ir superando día con día su estancia al frente del Ayuntamiento, porque le dejaron un desaseo terrible, particularmente en materia de administración y presupuesto.
Mucho se ha hablado de desempeños poco afortunados en casos como Jiutepec, Cuautla, Jojutla, sin embargo, nada parecido a lo que acontece en la ciudad de la eterna primavera, no hay ya, a estas alturas, salidas posibles al boquete económico que se le heredará a Jorge Morales Barud.
Y mire que a pesar de lo que se diga, los alcaldes del trienio en funciones han logrado mejorar sustancialmente su esfuerzo al frente de las 33 alcaldías, por lo menos no hay tanto desorden como ocurría en el trienio anterior, por el contrario, buena parte de los presidentes municipales entregarán finanzas más o menos sanas. Sí, por lo menos evitaron caer en mayores desajustes, sólo Cuernavaca muestra un escenario anárquico.
Bueno, el alcalde electo Jorge Morales Barud, a quien se quiso involucrar en el proceso de búsqueda de soluciones al macro problema económico de Cuernavaca, acaba de responder que “respeta el esfuerzo que se hace al respecto, pero que nada tiene que ver con la intención de mayor endeudamiento”.
Recuerda además que los desajustes presupuestales, las deudas y compromisos fueron responsabilidad y compromiso de la propia administración en funciones, y señala que él tomará cargo a partir del primero de enero del 2013, así que lo que hoy se haga todavía no es su responsabilidad.
O sea que lo querían enboletar, haciéndole creer a los regidores que ya venía siendo parte del plan de búsqueda de rescate, cosa más absurda, porque entonces estaría siendo corresponsable de cualquier cosa que salga mal y el señor sabe lo que hace, no se meterá en dificultades tempranamente.