Es ya muy difícil que las tendencias por la primera magistratura de la nación cambien, sobre todo porque en este más de mes y medio y con mucha anterioridad incluso a la formal elección de los aspirantes, las estadísticas reflejaban prácticamente lo que hoy muestran.
Desde nuestro particular punto de vista, lo seguimos sosteniendo, el abanderado perredista acabará muy firme en la segunda posición, la panista nunca logró articular una buena campaña y viene pagando los costos.
En el caso del priista, cometió algunos errores y mostró ciertas debilidades antes de que arrancara formalmente el proceso, una vez en la contienda, ha venido cuidando muy bien todos los flancos y la esperanza de sus adversarios de empezar a bajarlo a partir del debate no fructificó y los números se mantuvieron.
Hay en todo esto elementos que tenemos que valorar para tratar de entender el posicionamiento de cada uno de los presidenciales, y aquí los reducimos a tres, igual que en el estado, porque Gabriel Quadri y Julio Yáñez son figuras de decoración y no nos merecen atención.
¿Cuáles son los elementos que han venido posicionando a Peña Nieto? Hay algunos, primero, es un hombre carismático, nadie podría negar que entre otras cosas, es un atractivo para el sector femenino. Pero además viene acompañado de la actriz Angélica Rivera, que sería a su vez un excelente atractivo para el sector masculino, o sea, como pareja, por encima de la cuestión meramente electoral, esto que se antoja intrascendente y hasta cuestionable, sobre todo para sus adversarios, políticamente funciona.
Segundo, los desaciertos de las administraciones actuales han sido clave para la recuperación del tricolor, porque la izquierda en su enfrentamiento con la derecha a partir de la elección del 2006, se desgastó hasta el cansancio, pero sobre todo los dividió el interés y mientras que el entonces candidato perdedor AMLO seguía acusando de un gran fraude, su propia dirigencia nacional de partido se entregó en los brazos del naciente gobierno.
Es incluso aquí donde el tabasqueño pierde más del 50 por ciento de sus activos políticos a causa de sendas campañas de desprestigio en su contra, el priismo mantuvo una posición intermedia que le fue abriendo camino hasta lograr reivindicarse en el electorado, la elección parcial del 2009 en Morelos, por ejemplo, mostró el resultado de esas ventajas.
Pero a partir de este resurgimiento, el PRI también multiplicó el trabajo de reestructuración y en estos momentos son los que traen la maquinaria más aceitada, particularmente aquella que desarrolla el trabajo de Peña Nieto.
Es indiscutible que traen mucho más recursos que los otros dos, porque gobiernan 20 estados de la República y son cajas que deben estar operando en este momento y a pesar de que el PRD controla el Distrito Federal, Guerrero y Oaxaca, nunca podría equiparar el financiamiento.
En el caso de Vázquez Mota, se esperaba incluso mucho más de ella, porque no deja de ser la candidata del partido en el poder, pero la división interna que mostraron desde el mismo proceso de selección de candidatos, evidenció que llegarían bastante menguados.
A estas alturas pareciera que han intentado hacer un esfuerzo de unidad, pero muchos seguramente no olvidan que procede del grupo del ex presidente Vicente Fox y como que no están entregando todo el esfuerzo por ayudarla.
Bueno, se sigue especulando que a Los Pinos no les caería mal un relevo en la candidatura, aunque a estas alturas sería improductivo y además ¿a quién manda?, los otros dos que la buscaron estuvieron peor, por eso perdieron.
De las tres campañas, la de ella ha sido la más desafortunada, ha debido reestructurar el equipo para intentar relanzamientos que tampoco han dado los frutos esperados, es un hecho que seguirá estancada e incluso a la baja.
Y en lo que se refiere a López Obrador, las amargas experiencias de hace seis años, consecuencia de su radicalización lo empujaron a mostrar un rostro totalmente distinto y se sacaron de la manga aquello de “la república amorosa”, para desterrarle la imagen de un hombre violento y de confrontación.
Pero tampoco logró sostenerse, porque cuando menos lo pensaba, le salía lo bronco y el “verdadero yo”, de tal manera que sus asesores aconsejaron modificar las estrategias y por lo menos dejar de lado eso del amor, porque ciertamente que no le quedaba, eso como que estaba más adecuado para la panista.
No obstante, es un político puntilloso y aguerrido, sus propuestas van dirigidas a los sectores sociales más desprotegidos mediante programas sustentados en la dádiva, el subsidio y necesariamente tendrá eco en muchos pobres, que son millones, así que por todo ello estimamos que va por el segundo lugar, es decir, estaríamos pronosticando un resultado más o menos así: un Peña Nieto que tocaría los 45 puntos, López Obrador muy cerca de los 30 y Vázquez Mota en torno a los 23.