Es decir, no es el más escandaloso, gritón o quien pegue más golpes el que lleve el mayor número de votos a la urnas, por el contrario, hay señales que nos hacen pensar que buena parte del electorado ya no quiere agresiones y ataques entre partidos o candidatos, que sólo abundan en la confrontación y conflictos, se quiere ver seriedad y propuesta.
Y en lo que se refiere a Morelos, observamos ya algunas diferencias entre las tres fuerzas políticas que tienen posibilidades de ganar espacios, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), vemos a un Acción Nacional que muestra serias dificultades para articular un trabajo territorial en lo que corresponde a la gubernatura. Es más, si hoy fueran las elecciones es muy posible que no tuvieran la capacidad numérica para el cuidado de todas las casillas que se instalarán el primero de julio y esto es fundamental en los resultados, se tiene la experiencia del estado de México, ahí en la elección para gobernador, ni perredistas ni panistas pudieron custodiar todas las urnas y les fue como en feria. En el caso del PRD, en apariencia se ve a un aspirante desbordado, buscando dar una imagen de fortaleza y confianza, pero con un trabajo muy deficiente, hasta hoy, ocupado de sectores de élite que tradicionalmente representan el mayor índice de abstencionismo. Abajo, donde están las bases, hay casi nula presencia y esto podría significar la diferencia a la hora de la verdad, no obstante, se sigue considerando que tienen mayores alcances que los panistas, aunque tampoco les alcance para cubrirlo todo. En lo que concierne al tricolor, Amado Orihuela viene centrando su presencia en Cuernavaca y en la zona conurbada, porque es aquí donde no sólo el PRI, también los otros dos partidos andan bastante flojos, pero se antoja que cuenta con un buen voto duro en el resto de las regiones del estado. Si consideramos que son los más estructurados y por ahora, los que están llegando a más lugares y en particular, a donde se encuentra el voto, a las clases sociales media y baja, insistimos, la alta suele ser indiferente y apática, porque considera que tiene sus problemas económicos casi resueltos. El Partido Social Demócrata (PSD), al igual que Nueva Alianza a nivel nacional, no van en serio, lo único que les preocupa es sacar el suficiente número de votos como para no perder el registro, pero en esto casi no cuentan, así que para qué ocuparse de cosas intrascendentes. Pero donde habrá que ir poniendo atención es respecto a lo que ocurre en los aspirantes a diputados federales y a las senadurías, en este último caso, los priistas y panistas son los que se andan moviendo algo más, la fórmula del PRD a la cámara alta anda casi perdida, bueno, públicamente casi nadie sabe quiénes la conforman. Lizbeth Hernández Lecona y Guillermo del Valle Reyes han estado aprovechando actos masivos del candidato a la gubernatura, Amado Orihuela, para beneficiarse, pero desarrollan un esfuerzo por tierra que es lo más prudente, la gente gusta ver de cara a los que la pudieran representar. También Víctor Manuel Caballero Solano y Bernardo Pastrana Gómez tratan de dar la pelea, sin embargo, es poco visible su presencia, porque ni el mismo aspirante a la gubernatura, Adrián Rivera Pérez parece generarles condiciones de apoyo. Pero reiteramos, es la fórmula perredista al senado la que se antoja perdida, mientras azules y tricolores se disputan espacios publicitarios, sobre todo en lo que tiene que ver con espectaculares o imágenes en el sistema de transporte público, aún no nos ha tocado ver alguna promoción de los candidatos del PRD al Senado de la república, están ausentes. Ya estamos casi a mes y medio de la elección y las tendencias difícilmente cambiarán, aquellos que lograron meterse a la pelea desde el principio, son los que cerrarán con fuerza, muchos comienzan a relegarse y así terminarán, en la cola. Un senador tiene la obligación de hacer campaña territorial, igual que la del aspirante a gobernador, para ello se necesita algo de dinero, nos imaginamos, pero si nos metemos a esto es porque vamos a dar el ancho, si no para qué.
El asunto es que aquellos que son “pobres políticos” o “políticos pobres” como decía aquel viejo político priista del Estado de México, Carlos Hank González, son quienes acusan a los contrarios de excesos en gastos de campaña, un recurso fácil de descalificar. A medida que nos adentramos en el proceso, se comienzan a observar diferencias y ello será determinante para ganar, los que han estado optando por quedarse con la lana que se les da para su promoción, no llegarán a la meta y mire que muchos con el solo hecho de ser candidatos, ya ganaron, porque no invierten los recursos en las campañas y se quedan casi con todo. Esto parece venir aconteciendo con los candidatos del PRD al Senado de la república, no se ven por ningún lado, ¿O es que acaso se sienten perdidos?, es muy posible que así sea, por eso han decidido bajar los brazos con anticipación.