Al mismo tiempo, el gobierno federal actual inicia de manera más acelerada su cuenta regresiva, pues le restan ocho meses de ejercicio al frente de la nación, aunque en ellos, ya en adelante la figura presidencial en turno comienza a perder importancia, todos están atentos hacia donde se inclina la balanza en la justa electoral que concluye el primero de julio próximo-Y ¿Cómo arrancan?, bueno, ateniéndonos a las recientes encuestas de empresas más o menos serias, el priista Enrique Peña Nieto va a la cabeza con el 48 por ciento de las preferencias, seguido por la aspirante panista Josefina Vázquez Mota con un 29 por ciento y Andrés Manuel López Obrador con un 26 por ciento. Pero lo interesante está por venir, aquellos que se encuentran a la zaga le apuestan al convencimiento de cerca de un 30 por ciento de empadronados, que mantienen indecisa su preferencia y desde luego, con base a esfuerzo y tenacidad, quitarle adeptos a quien lleva más. Y simultáneamente, la publicidad y promoción de obra pública del gobierno federal, de los estatales y municipales queda prohibida, sin que ello signifique que dejen de trabajar, simplemente no podrán desarrollar inauguraciones públicas ni hacer uso de los medios de difusión para multiplicar sus efectos en la sociedad como suele suceder. Ahora sí, estamos pues ya inmersos en el proceso de elecciones 2012, serán tres meses de constante bombardeo de todo tipo de promocionales mediante spots televisivos o radiofónicos, así como en los medios impresos. La verdad es que no consideramos de ninguna relevancia mencionar al aspirante de Nueva Alianza, el señor no llegaba ni a un punto de la intención del voto a nivel nacional y seguramente que en ese nivel seguirá, no tiene canicas para jugar. La guerra se centra en los candidatos del PRI, PAN y PRD, no hay más, claro, con sus respectivos aliados y son ellos los que también se disputan 500 espacios en el Congreso de la Unión y 300 en el Senado de la República, cuyas cámaras se han convertido en el fiel de la balanza a la hora de definir el rumbo y la política del país. No podemos olvidar que el alto número de representación de diputados priistas, sumados a sus aliados, les dieron la posibilidad de cogobernar con el presidente de la república hasta hace unos meses. Bueno, se llegó a aceptar que desde su posición de Gobernador en el Estado de México, Peña Nieto era quien realmente daba línea a senadores y diputados federales en proyectos de reforma que eran de su interés. Pero ahora el mexiquense tendrá que demostrar en las urnas que efectivamente no tiene rival de peligro enfrente y que su victoria es prácticamente un trámite a concretarse el día de la elección a fin, de que el primero de diciembre tome protesta como Jefe del Poder Ejecutivo Federal. La batalla va a ser cruenta, habrá que estar con los oídos muy abiertos y la tranquilidad necesaria para absorber tantas promesas y atender una enorme lista de discursos con el único fin de atraer simpatizantes. Ya nos ha tocado atestiguar durante muchas campañas este tipo de contiendas, ciertamente que son desgastantes y en algunos casos se llega a confundir al electorado y hasta se le empuja a la confrontación. Y bueno, simultáneamente observaremos el enorme derroche de recursos derivados de nuestros impuestos para cubrir gordas facturas de su trabajo electoral, estamos hablando de miles de millones de pesos. Porque los análisis en la materia revelan que México es el país con el más alto costo por voto ciudadano, algo así como de 17 dólares, mientras que en naciones económicamente fuertes y que pudieran darse ese gusto de derroche, como Estados unidos, el sufragio les anda saliendo en menos de un dólar. Pero también en la mayoría de los países de centro y sur de América la inversión en cuestiones electorales es mucho menor, por ello se afirma que nuestra democracia es bastante onerosa, claro ello se debe entre otras cosas, al bajísimo nivel de rentabilidad electoral de los contendientes. Y como no nos va a costar si los partidos atienden en primera instancia sus intereses y ceden a los apetitos de poder y riqueza de monopolios que llegan a decidir quiénes son los candidatos aunque se trate de ilustres desconocidos o desprestigiados personajes. Ya ve que al diputado federal Francisco Moreno Merino lo bajaron del caballo, ni que decir del candidato priista al cuarto distrito local, Luis Flores Ruiz. ¿Qué popularidad tienen individuos como él?, por eso sale tan caro.
El problema no sería tan delicado si se gastaran lo suyo, pero no es así, el presupuesto electoral es derivado de los recursos de la nación, o sea, que somos todos los ciudadanos los que debemos pagar las consecuencias. Ahora bien, si estuviéramos en una situación económica de bonanza, igual y era lo de menos, pero vemos por todos lados pobreza y marginación que pudiera medio mitigarse con los miles de millones de pesos que se gastan en la política.