El Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene muchas posibilidades de volver a ejercer los primeros lugares del poder público, pero sólo será mediante cuadros calificados y no políticos de desecho. Mire, lo que es la indecencia, por los motivos que sean, el ex Gobernador Jorge Carrillo Olea se ha mantenido al margen de las decisiones del tricolor desde que dejó el cargo en 1998, pero su homólogo, Antonio Riva Palacio sigue colgado de la brocha y pretendiendo dar línea en cada periodo electoral. A pesar de una desafortunada administración que encabezó, reclama sus cuotas de poder y sabedor de que ya no puede siquiera ni caminar, trata afanosamente de heredar a sus descendientes cargos públicos a través del PRI. De entrada, el vetusto priista logró que le dieran un distrito electoral local en Cuernavaca para su compadrito Luis Flores Ruiz, el pronóstico es que ese lugar en el Congreso local es muy posible que se pierda. Pero reiteramos, si esos rivapalacistas tuvieran vergüenza, ya hace rato que debieron tomar distancia del instituto político, porque fueron los que provocaron casi la pérdida total y casi llegan a perder el registro por ahí por el 2003-2006.
La institución reclama sangre nueva pero sin los negros antecedentes de esa vetusta clase-política que despertó el repudio de los morelenses antes del dos mil y por eso las apabullantes derrotas. Hay ya una nueva generación, quienes tienen hoy las decisiones a nivel local corresponden ya a una nueva época que seguramente sentará precedentes en la medida que logre sacudirse a esos grupos de poder que enraizaron por más de 70 años y se resisten a retirarse. Lo bueno es que hasta a nivel nacional los lazos que alimentaban esos mezquinos intereses se vienen rompiendo, Riva Palacio tenía en la ex dirigente nacional de ese partido, Beatriz Paredes Rangel, un apoyo, pero ella anda en otros espacios y ya no puede atender a su amigo del alma. Por fortuna para los priistas, en el Partido de la Revolución Democrática y en Acción Nacional tampoco andan las cosas muy bien y eso les va a ayudar, de otra forma, llegarían nuevamente en condiciones desafortunadas.
PAN: conflicto interno
Y hablando precisamente del PAN, enfrentan conflicto interno luego del proceso de selección de candidato a gobernador, el aspirante, Alejandro Villarreal Gasca impugnó el resultado y ahora los órganos competentes de este instituto tendrán que valorar las quejas. Al mismo tiempo ayer se corrió el rumor de que el otro contendiente, Demetrio Román Isidoro, estaba incluso valorando salir de Acción Nacional considerando que se trató de una elección completamente viciada. Nosotros consideramos que no renunciará al partido, es un militante de toda la vida, sin embargo, lo que sí podría ocurrir es que tome distancia de la candidatura al gobierno estatal de Adrián Rivera Pérez. La gente que trabajó en ambos equipos, tanto de Villarreal como de Román Isidoro, asegura que hubo cualquier número de irregularidades y que el CDE actuó de manera parcial a favor del senador. Lo cierto es que aquellos neo panistas con Sergio Estrada Cajigal a la cabeza y que en 1997 ganaron la Presidencia Municipal de Cuernavaca para los azules, ya se han alejado y no abonarán en bien de su aspirante a la primera magistratura.
Fueron los mismos que le abrieron paso al PAN hacia el gobierno estatal, y que le heredaron la estafeta en el 2006 para dar continuidad al proyecto que a estas alturas se antoja tambaleante por candidaturas francamente flojas. Por lo pronto, en el CDE panista seguían guardando silencio respecto a la impugnación contra el resultado a favor de Adrián, simplemente sostenían que desconocían el dato ayer, seguramente intentan mantener de bajo perfil este dato hasta que en el CEN dé el resultado. Conociendo como proceden los partidos, es casi un hecho que saldrán con que no procede, no les conviene complicar aún más las cosas, sin embargo, van a enfrentar una situación bastante complicada, muchos pronostican un tercer lugar y lejano para los panistas.