Hasta hoy son cinco los nuevos funcionarios. Uno de ellos se lo llevaron en medio de la confusión, el ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública. Pero por fines electorales, se fueron Alejandro Villarreal Gasca, de Finanzas y Planeación; Demetrio Román Isidoro, de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas; Bernardo Pastrana Gómez, de Desarrollo Agropecuario, y Víctor Manuel Caballero Solano, de Salud.
Algunos de ellos, prácticamente todos, entregaron resultados positivos: Caballero no hizo mal papel en Salud, Villarreal fue reconocido por el propio MAC como un colaborador que logró darle estabilidad y rumbo a las finanzas de su administración.
El caso es que han sido relevados y se nos antoja que por las condiciones mismas de fin de sexenio sobre todo Contraloría y Finanzas parecen paquetes muy pesados.
En la primera dependencia fue instalada Martha Patricia Alegría, quien se desempeñaba en una modesta responsabilidad en la Secretaría de Seguridad Pública; era la responsable de las finanzas y el control presupuestal.
Si bien es cierto que su currículum es amplio y parece mostrar experiencia, el paquete que le dieron es bastante difícil. Será la encargada de ajustarle cuentas a cualquier funcionario, así sea de primer nivel, si no ejerce con honestidad los recursos bajo su competencia.
Pero además en estos últimos ocho meses y medio del sexenio es cuando más inconvenientes se suelen presentar. Los errores y excesos cometidos a lo largo de esos seis años salen a luz y en medio de la guerra electoral buena parte de las baterías de quienes desde trincheras de oposición hacen campaña, se dirigen precisamente en contra de todo lo que huela a gobierno del estado.
Y es que resulta bastante cierto lo que un funcionario decía: los golpes políticamente más redituables y en la mayoría de los casos sin respuestas son los que se dan en contra de cualquier gobierno, porque la postura es guardar silencio y aguantar.
Por todo eso, Martha Patricia será en algunos casos casi obligada a responder por los actos de sus compañeros de equipo de trabajo en el gabinete y la cosa no es nada sencilla.
Pero otro espacio igualmente complicado es el del secretario de Finanzas y Planeación, donde se nombró a Alfredo Jaime de la Torre, que viene precisamente de la Contraloría.
Tendrá que mantener esa disciplina y control administrativo oficial que le heredó Villarreal Gasca; de otra manera, la situación empezaría a complicarse. Claro, ya no tiene que enfrentar la responsabilidad de negociar con el Congreso local un presupuesto más, porque ya para finales de este año tendremos nuevo gobernador y funcionarios, pero hay muchas otras tareas que tampoco se pueden menospreciar.
El ex secretario y hoy aspirante a la gubernatura supo acompañar a Adame Castillo en un intenso trabajo de gestión ante diversas instancias federales a fin de conseguir más recursos y sacar adelante proyectos de importancia.
Bueno, Villarreal estuvo en su momento al frente de la Comisión Nacional de Funcionarios Fiscales, ésos que encabezaban las reuniones de la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago).
Habrá que ver cómo empieza a desempeñarse en estos niveles el nuevo secretario Jaime de la Torre, aunque tampoco es un improvisado en las finanzas; lleva buen rato y ha sumado experiencia.
La Secretaría de Desarrollo Agropecuario, la de Obras Públicas van ya encarriladas; los ex titulares dejaron ya programadas la mayoría de las acciones y compromisos a desarrollar. Se entiende que los actuales responsables no tendrán mayores contratiempos para cumplir metas. Es sin embargo la Secretaría de Salud donde tampoco será fácil enfrentar algunas coyunturas.
Aquí se debe contar con mucha precisión y talento para aplicar programas de prevención en ciertas etapas del año, en las que cualquier descuido puede provocar una crisis por la proliferación de enfermedades como el dengue, cólera, que apareció hace uno o dos años.
Víctor Manuel Caballero Solano terminó su responsabilidad como titular ya con mucha visión al respecto, pero en principio se advertía que las cosas amenazaban con salirse de control. Eso deberá ser cuidado por su sustituto.