No podemos seguir tolerando este tipo de hechos con una simple inhabilitación, el robo al erario público es una acción delicada y lo menos que tendría que hacerse es llevarlo ante los tribunales y de probarse los hechos -que están más que claros- enviarlo algunos años a la sombra.
Pero además, obligarlo a resarcir el daño económico a esa dependencia decomisándole los bienes inmuebles, vehículos de lujo y seguramente cuentas gordas en los bancos, logradas a partir de un deshonesto desempeño en el cargo público.
De no ser así, continuaremos observando una posición complaciente y de complicidad de parte de las instituciones estatales y federales que invitan a seguir delinquiendo, en el entendido de que no pasa nada.
Además, con todo lo que hizo, el señor seguramente no tiene necesidad de trabajar durante algunos años, de tal forma que esa inhabilitación le ha de estar dando risa.
Lo hemos dicho reiteradamente, eso de las contralorías es pura marrullería para disfrazar sucesos como el anterior. Por el contrario, todo indica que cuando se advierte de alguna irregularidad, conjuntamente con el infractor buscan los mecanismos para borrar evidencias y evitar contratiempos, es decir, son auténticos elefantes blancos.
Y lo vemos con la Contraloría General de gobierno estatal. Quien le puso un poco de ánimo fue la ex titular Patricia Mariscal Vega, ya que aún con muchas presiones internas e instrucciones en contra, llamó a cuentas a más de un personaje que igual que Oswaldo Castañeda, se pasó de la raya, como en el caso del ex titular de Protección Civil, Daniel Hernández Barenque. Por eso la quitaron de en medio, para no tener ya alguien que los molestara.
Hay áreas donde los actos de corrupción llegaron a tal grado, que no hubo más remedio que medio aceptarlos y se ordenaron revisiones y auditorías, como en el caso específico de la Dirección General del Transporte (DGT) y hoy preguntaríamos, ¿qué pasó ahí, cuales fueron los resultados de la investigación? lo más seguro es que no se den a conocer si son negativos y sólo se trató de una acción para llamar la atención.
Lo menos que se llegó a pensar es que el titular de esta dependencia, Francisco Alva Meraz sería puesto de patitas en la calle, pero no hay tal, sigue tan firme como siempre, porque deberá estar compartiendo parte del jugoso negocio, ¿entonces para qué tanta advertencia?.
Bueno, hace poco fuimos testigos del desorden que se vive en el sistema penitenciario, hubo incluso intento de motín y asonada de los reos, la posición oficial desde luego fue que no pasaba nada, pero la verdad es que ahí también se cuecen habas, ¿quién vigila la correcta aplicación de recursos y sobre todo, que no se atropellen los derechos de los internos? nadie, y mire que aquí el negocio es mucho más bondadoso, por ello es que cualquier inconformidad se minimiza.
El titular de la Contraloría, Alfredo Jaime de la Torre, llegó con una responsabilidad: bajarle al nivel de inspección que se venía haciendo en todas las dependencias y organismos descentralizados que utilizan recursos presupuestales del estado.
Hoy todos los funcionarios pueden dormir tranquilos, ya en Contraloría no está la "dama de hierro" como llegaron a llamarle a Mariscal Vega, hay un "compañero" a modo que por el contrario, los asesorará para que no tengan dificultades en caso que sus cuentas no cuadren y los gastos se les salgan de control.
Eso de Castañeda Barrera parece que fue una especie de ajuste de cuentas entre grupos al interior del Partido Acción Nacional. Claro, había mucha tela de donde cortar, se justificaban los hechos y así se hizo, pero como decíamos, casi apostamos que no pasarán a mayores, el daño causado por este personaje no será subsanado y le permitirán que siga disfrutando de su rancho con lago natural en Puente de Ixtla, montando caballos pura sangre y conduciendo vehículos de lujo como su Mercedes Benz "alas de gaviota" y si no, al tiempo.