Bueno, pidió a los concurrentes guardar un minuto de silencio por los caídos recientemente en Ciudad Juárez, Tijuana y los que se agregaban en este día. Y por enésima ocasión pidió la intervención de todos, a fin de poner un alto a quienes están actuando sin escrúpulos y con saña.
Sí, los sucesos de inseguridad continúan, no obstante los esfuerzos que en particular las fuerzas federales del orden público están haciendo, aquí en el estado estos recientes días han sido de hechos preocupantes, que muestran la falta de respeto que el crimen organizado tiene por las instituciones.
La posición del Presidente va en el sentido de que el trabajo continúa siendo desigual, al destacar que para algunos actores es una tarea suya, cuando toca a cada uno de nosotros contribuir para poder reducir los índices de violencia que ya se han estancado por cuatro años en el país, aunque en la entidad la situación agravó a partir de sucesos como la muerte de Arturo Beltrán Leyva.
Claro, a nivel nacional las cifras superan las 30 mil ejecuciones, aquí no vamos muy atrás, a pesar de ser un estado pequeño, son ya arriba de 300 las víctimas y lo más preocupante es que se observa una total omisión en el trabajo de investigación, captura y sanción de los presuntos responsables. No conocemos hasta este momento detenciones que muestren la respuesta institucional a tan graves acontecimientos.
Lo primero que usted escucha de las autoridades locales, ya sean estatales o municipales, es que "se trata de delitos de competencia federal", pero ayer, el propio Calderón Hinojosa calificó de "mezquinos" a quienes no quieren entrarle al compromiso y aducen que no les corresponde.
El Gobernador Marco Adame Castillo admitió que en nuestro territorio la batalla es por "la plaza y el paso" y estimó que también se trata de una reacción a los golpes que se le han dado a los grupos del delito.
Las expresiones, tanto del mandatario estatal como de Calderón, mostraron una decisión indeclinable por continuar con el combate y reforzar en la medida de las posibilidades las estrategias, pero igualmente de admisión en el sentido de que es una guerra que no está superada y por el contrario habrá que dar mucho más.
Expuso algunos puntos centrales de la propuesta nacional contra la delincuencia, entre ellos sistemas más eficaces de control y seguimiento, corresponsabilidad de los tres ordenes de Gobierno, prevención, con el apoyo de todos, por encima de religiones, partidos políticos o periodos de Gobierno.
Al final de las exposiciones de los funcionarios federales, se dio un amplio espacio para las expresiones ciudadanas. Aquí, algunos señalamientos hicieron énfasis en la falta de oportunidades de empleo, ingresos suficientes, formación académica, como factores que pueden desestimular la inclinación de las nuevas generaciones por enrolarse en la delincuencia.
El mismo Calderón admitió que se necesita continuar con la depuración de las corporaciones policíacas, las agencias del Ministerio Público y el sistema judicial, porque todos forman una cadena que en alguna parte se pervierte y echa a perder el trabajo de los demás.
Sin embargo, reiteramos, más que discursos se requieren acciones, al menos en lo que corresponde al estado, hay una serie de incongruencias y prácticas que muestran la ausencia de transparencia y el ocultamiento de una realidad que nos está rebasando.
Algunos de nuestros compañeros del gremio comentaban que "a nivel informativo, la Procuraduría General de Justicia está cerrada, nadie tiene autorizado dar datos a los medios informativos, a menos que el propio procurador Pedro Luis Benítez Vélez lo autorice. Hay absoluta censura que raya en el exceso".
Bajo estas condiciones ¿cómo vamos a poder avanzar? si los servidores públicos de primera línea son los primeros en manipular la información, ocultar datos y sólo permitir aquello que a su imagen e intereses conviene, si hay que corregir el camino se deberá empezar por las cabezas.