Esto es muy delicado, por más vueltas que le quieren dar al asunto las señales siguen siendo las mismas, de altos niveles de corrupción en las corporaciones municipales, estatales y federales.
¿O es que acaso todavía no estaban examinados? En el caso que nos ocupa, más que estar preocupados por la comisión de delitos -que en este caso fue frustrado-, habrá que hacer énfasis en la poca credibilidad de los famosos chequeos que les hacen a los agentes de la policía en la capital del país y por las instancias federales.
No es cierto que estemos logrando mejores servidores públicos en esa materia, por lo menos los rostros de quienes encabezan grupos y mandos superiores son los mismos de siempre y difícilmente cambiarán sus prácticas.
Lo que pasó con este mando policíaco en Tetela es como para que las instancias competentes se pongan a trabajar, a fin de desenmascarar a todos aquellos ¨servidores públicos" del ámbito de la seguridad y la justicia para que no les vuelva a pasar lo mismo en otras demarcaciones.
Por desgracia para la administración estatal de Gobierno, ocurrió en un ayuntamiento del Partido Acción Nacional (PAN) donde se debería poner ejemplo por todas las ventajas que ello representa en la aplicación de programas y medidas de control.
Y respecto a la mejora de las fuerzas públicas, sólo habría que ver si efectivamente los policías están siendo seriamente capacitados. Que sepamos, es la misma academia o colegio, con los mismos funcionarios que hemos conocido, con dos o tres meses de teoría y algo de práctica los sacan a la calle, eso en el mejor de los casos.
En cuanto a salarios se refiere, sigue ganando más un albañil de segunda que cualquiera de ellos, si no es que hasta de su jefe. Y en lo relacionado al equipamiento, por más dinero que se gasta no pasan de rifles y escopetas pasadas de moda.
Tampoco cuentan con chalecos blindados, buena parte de ellos están a merced de cualquier francotirador, no vemos las nuevas instituciones que estén formando el elemento del futuro, son puras declaraciones para apaciguar los ánimos y ya ve, eso de que se ha roto el círculo de complicidad entre ellos y los delincuentes no se antoja real.
SIGUE GUERRA EN EL PRI
Y mientras las cosas no mejoran en justicia y seguridad, en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) los aspirantes a la dirigencia estatal siguen en una guerra de dimes y diretes.
Tanto Amado Orihuela Trejo como Julio Espín Navarrete -no Maricela Sánchez, ella va sólo de compañía- mantienen sus argumentos de ventaja el uno frente al otro a través de los medios informativos.
Algunos ex líderes, como Jorge Meade Ocaranza consideran que luego del éxito obtenido en el levantamiento del padrón el pasado fin de semana, lo que viene ocurriendo pudiera echarlo a perder.
Y en efecto, lo único que siembran ambas partes es confusión, lo prudente es que se esperen a lo que digan las urnas el próximo 7 de noviembre para poder cantar victoria.
Otra vez caen en las mismas actitudes, lucha a morir entre grupos y corrientes, cuando la batalla en serio la tendrán que dar en las elecciones constitucionales del 2012.
Aún con todos los vicios y métodos de coacción para empadronar a los simpatizantes, que se hallan practicado, si sorprende que superaran los 100 mil inscritos, ya quisieran panistas y perredistas contar con un piso de ese tamaño para de ahí intentar acrecentar la clientela, pero en efecto, lo que lograron puede comenzar a perderse por acciones inmaduras o ambiciones de algunos personajes del tricolor que sientes perder su futuro político si quedan fuera de las estructuras del instituto.
Todo lo que hoy se diga es relativo, el 7 de noviembre algunos de esos personajes pudieran quedar en ridículo al mostrar la falsedad de sus argumentos actuales, pero donde hay intereses de por medio no entran razones.