Las primeras candidaturas a diputaciones federales y ayuntamientos, advierten de duelos interesantes que habrá que ir observando, porque seguramente atraerán buena parte de la atención de los ciudadanos. Algunos, porque llevan detrás un buen respaldo, sobre todo económico; otros porque tienen presencia y cercanía con la gente.
Entre esos territorios en disputa, se antoja que el del ex delegado estatal del ISSSTE, Guillermo del Valle Reyes, priista, contra el alcalde perredista de Cuautla que pronto pedirá licencia Raúl Tadeo Nava, por el distrito electoral federal número tres, será apretado. Existen algunas diferencias entre ambos, pero los dos son figuras muy conocidas en la mayor parte de la región oriente.
Del Valle, sin lugar a dudas, es un político de mayor carrera que Tadeo; lleva décadas como uno de los cuadros del tricolor, no sólo en aquella parte de la entidad sino en todo el estado; bueno, pues acaba de dejar la delegación del ISSSTE y eso da fe de su alcance. Su posible desventaja actual, es que ha estado un poco ausente de aquella zona por algún tiempo.
En contra parte, Tadeo Nava es vigente y el hecho de que esté al frente de la comuna cuautlense le da estatura como para ser un adversario de peso y por ello decimos que seguramente la mayor atención durante el proceso se concentrará en ellos dos, a menos que aparezca por ahí otro gallo de pelea de los partidos restantes.
Pero si eso se dará en la parte oriente de Morelos, en la surponiente hay otra dupla que igualmente promete darse un agarrón tremendo. Hablamos de los aspirantes a ese distrito federal Jorge Morales Barud y Julio Espín Navarrete, ambos de Puente de Ixtla; los dos fueron ya presidentes municipales en su oportunidad, lo mismo que legisladores locales.
Pero igual que en el caso de Tadeo y de Del Valle, Morales Barud trae mucha más experiencia y formación que el otro. Baste decir que fue quien sustituyó a Jorge Carrillo Olea como gobernador en 1998 y además ha sido secretario de despacho a nivel de gabinete; como secretario de Gobierno y de Desarrollo Agropecuario. Incluso, tiene estudios de doctorado en el extranjero.
Sin embargo, Espín es uno de los que maneja recursos económicos en la legislatura local y seguramente que llevará todo el soporte estructural oficial como para tratar de vencer a quien se antoja, con un paso adelante, porque la familia Morales es una de las más conocidas en toda esa parte del territorio zapatista.
Reiteramos, son las primeras candidaturas que se vienen haciendo oficiales, hay que esperar si desde otras trincheras surgen cuadros competentes que también tengan posibilidades de triunfo, pero por ahora, diríamos que a menos que algo muy extraño pase, entre esos cuatro saldrán dos legisladores hacia el Congreso de la Unión.
Pero en lo referente a la contienda por presidencias municipales, existen algunas batallas que serán de trascendencia y uno de dichos espacios es Cuernavaca. En la capital ya están perfiladas dos fórmulas que pelearán palmo a palmo cada voto y ésas son las que encabezan por la vía independiente José Luis Urióstegui Salgado y por el otro Javier Bolaños Aguilar, legislador federal panista.
Hay quienes advierten que uno que también dará lata es Gerardo Becerra Chávez Hita, que iría encabezando al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pero primero tendrá que amarrar la candidatura porque aún no se define interiormente el asunto.
Pero estimamos que los otros dos ya están prácticamente definidos, se van a repartir mucho el sufragio y a decir verdad, si en manos de uno de ellos dos queda la comuna, la administración municipal mejoraría mucho porque conocen perfectamente lo que a la ciudad le duele y además están conscientes de la responsabilidad que tendrían a cargo.
Urióstegui además de haber desempeñado dos o tres cargos a nivel de secretario de despacho en gobierno estatal, fue titular de la Secretaría de Seguridad Pública precisamente de la capital. En lo referente a Bolaños, muchos recordarán que fue el director general del SAPAC, cuando Sergio Estrada Cajigal fue el alcalde.
De ahí, siguió acompañando a Sergio en la gubernatura, como secretario ejecutivo de lo que fuera la Comisión Estatal del Agua y del Medio Ambiente (CEAMA). Posteriormente se fue a una diputación federal y la actual es una repetición en la Cámara baja.
Para acabar pronto, no son improvisados en el quehacer público y administrativo. Uno es un abogado bastante prestigiado, el otro es un ingeniero que ha trabajado para la metrópoli, de tal manera que nos atrevemos a sostener que harían un papel bastante decoroso si alcanzan el sueño. Claro, sólo puede ser uno, no los dos.
Y a nivel de gubernatura, vemos un PRD bastante anticipado, con un precandidato que ya le ha dado dos o tres vueltas al estado y que por lo tanto tiene que tener ciertas ventajas; pero por ahí aparece la figura del famoso deportista Cuauhtémoc Blanco Bravo que con su popularidad mete miedo a sus adversarios y personalmente está confiado en que eso le tiene unos pasos delante de los demás.
Ya saltó a la cancha el abanderado priista Jorge Meade Ocaranza, que si pone a funcionar las estructuras de su partido igual y se mete en la pelea. Ya sectores y organizaciones se le sumaron. Claro, como que ahí no hay otra opción, es instrucción superior y la deben acatar, sólo que si le echan ganas puede haber avances.
Particularmente el tricolor seguramente aprovechará el Día Internacional del Trabajo, primero de mayo, para sacar a la calle a miles de obreros, a fin de mostrar músculo. Del lado de los panistas, que van aliados con Movimiento Ciudadano, hoy miércoles se inscribe como precandidato el diputado local Víctor Manuel Caballero Solano, pero a pesar de que es un buen hombre, las cosas no están dadas como para que tenga mayores logros.
Por eso sentimos que hay que seguirle los pasos a los aspirantes del PRD, Morena, PRI y aliados, porque es por acá por donde surgirá quien gobierne el estado de Morelos durante los siguientes seis años. Como que las cosas cobran cierto interés, así sea por regiones y zonas.