En el proyecto de construcción de la autopista Siglo XXI, quien venía resolviendo los conflictos sociales con los pueblos, ejidos y comunidades, a fin de lograr la liberación total del derecho de vía era el director general del Organismo Operativo de Carreteras de Cuota, Rigoberto Vázquez Morales, quien desafortunadamente falleció a causa de una grave enfermedad.
Su deceso se ha reflejado fuertemente en los trabajos, porque a estas alturas ya debería estar en funcionamiento, se consideraba que su conclusión sería por ahí a finales de noviembre del año anterior, pero nadie contaba con tal desgracia y ante ello quien quedó como encargado de despacho es Jesús Ricardo Cruz Negrete, que era un colaborador cercano que traía aquél.
Mientras Rigo, como le decían sus amigos, se manejó siempre con austeridad, éste acaba de adquirir un auto nuevo y mire que apenas hace unos meses que ascendió al cargo. No sólo eso, viene desmantelando el equipo de trabajo que había dejado su jefe y desde luego, de acuerdo con denuncias de personal de ese organismo, le está metiendo mano con todo y tiene abandonadas las gestiones en campo.
La cosa es que la descomposición es preocupante y ya hay demandas a fin de que se aplique una auditoría porque la situación es grave y se desvió el rumbo que se venía manejando. Ahí laboraba una hija de Félix Salgado Macedonio, aquel polémico político guerrerense también identificado popularmente como “el toro sin corral”.
Pues ésta inició una demanda formal por despido injustificado y paralelamente, con base a una serie de elementos de presuntos desvíos económicos y presupuestales, pide a las instancias competentes hacer una revisión profunda de los recursos destinados a la obra.
Bueno, empleados del organismo advierten que las cosas se pusieron complicadas, porque en las negociaciones con comunidades y campesinos, a fin de que cedieran el terreno por donde pasa la vía, se firmaron acuerdos de apoyos adicionales a las liquidaciones, como mejora en escuelas, caminos de saca, pavimentaciones o alumbrado público, pero el encargado de despacho ahora viene pidiéndoles, a cambio de hacer las gestiones de pago y cumplimiento de lo apalabrado, una fuerte mochada.
Como se sabe, entre las constructoras que tienen contrato en esa magna vialidad está Aldesa, que se vio involucrada en los pésimos trabajos que derivaron en el socavón del Paso Exprés Cuernavaca. Pues se agrega que también esos consorcios españoles estarían amafiados con Cruz Negrete en el negocio.
El gran problema es que al morir el director operativo, las cosas se empantanaron, quien quedó en su lugar se ha dedicado al negocio y a sacarle ventajas a su posición, mientras el proyecto se encuentra a la deriva y se trata de una conexión carretera de amplia importancia, no sólo para Morelos sino para otros estados de esa zona como Veracruz, Puebla y Guerrero.
Claro, lo importante es que Vázquez Morales empujó el trayecto más allá del 90%; sólo falta un pequeño tramo al final, por la parte sur. A su paso por Tlaltizapán y Tlaquiltenango, sin embargo, a pesar de que no se ha dado una explicación del porqué de esos retrasos, es evidente que está atorado.
Es un esfuerzo largamente acariciado; fue más o menos por 1995, cuando se comenzó a trabajar en él conjuntamente con la Federación, que es la que costea todo el recurso. Se comenzó con la compra de la tierra para el derecho de vía y fue hasta el arribo como gobernador de Sergio Estrada Cajigal en el 2000, que se le dio un mínimo empujoncito, que sin embargo sirvió bastante. Seis kilómetros y medio en la conexión con el estado de Puebla.
Pero a partir de ahí, inició nuevamente el olvido y fue ya hasta inicios de la actual administración federal que Gerardo Ruiz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), encabezó un acto en el municipio de Tepalcingo para anunciar que ahora sí se daría fin a la Siglo XXI, que ciertamente promete enormes beneficios para nuestra entidad, independientemente de que igualmente sea ventajoso para estados hermanos.
Pero nadie contaba con que Rigo dejara obligadamente esa tarea antes de terminarla y aquellos que lo relevaron no le vienen poniendo el empeño que se requiere. Claro, tampoco es fácil, el oriundo de Tlaltizapán pudo avanzar mucho porque es de la región, conoce por nombre y apellido a todos los líderes de la zona y eso ayudó a que muchos que se oponían con todo a ceder sus pequeñas porciones de ejido, lo hicieran.
Entonces, es momento de presionar y de pedir a las instancias “competentes” se aclare porqué no se ha dado un corte de lo que ocurre al respecto. Reiteramos, la Siglo XXI debía haber sido inaugurada antes de finales del 2017 y ya entramos en el 2018. Además, todo retraso tiene un costo y más en estos tiempos de inflación. Con toda seguridad que el presupuesto anunciado en principio para tal efecto, ha sido muchas veces modificado a la alza.
Claro, a ellos poco les importa, porque finalmente se trata de un recurso procedente del erario público que nosotros aportamos con nuestros impuestos. Sin embargo, tampoco se trata de dinero, que es importante; ya es tiempo de que se dé conclusión a algo que surgió como proyecto hace más de 20 años.
Pero fundamentalmente es urgente que las instancias federales responsables de vigilar el buen uso de los fondos públicos intervengan y le echen un vistazo al tema, porque algo muy raro viene aconteciendo. Finalmente es una obra de la Federación y son ellos los que deben entregar cuentas claras, el tal Jesús Ricardo es sólo un empleado de tercera que aprovecha el momento. Que no les ocurra lo del Paso Exprés, que siendo una vialidad tan significativa, fue mal conducida y al final en lugar de recibir aplausos de los usuarios, recibieron rechiflas.