El ambiente sociopolítico en el estado empuja nuevamente hacia una polarización de fuerzas y de sectores, que no conviene a nadie, porque en medio del enfrentamiento, se trastoca la paz y la tranquilidad, necesarias para poder enfrentar tantos retos que como sociedad tenemos por delante.
El conflicto de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos –su rector Alejandro Vera Jiménez- con el poder estatal vuelve a inquietar a muchos, porque el asunto alcanza espacios más allá de las fronteras de nuestra entidad.
A finales del año anterior y principios del actual vivimos momentos de mucha intranquilidad y agitación social, consecuencia precisamente de una falta de acuerdos y de entendimiento entre actores de la vida pública y social, que llevó a movilizaciones, incluso hacia la Ciudad de México.
En este momento regresan los fantasmas y como que todavía es muy pronto para meternos en una dinámica de golpeteo mutuo, cuando tenemos la responsabilidad de atender aspectos fundamentales.
El problema en referencia es añejo; son ya muchos meses de posiciones encontradas que no atienden razonamientos ni consecuencias y todo pareciera indicar que el clima de confrontación no disminuirá por el momento; aunque Vera Jiménez está ya muy cerca de entregar el mando en la rectoría.
Consecuencia de lo que está aconteciendo, se habla incluso de la posibilidad de que la elección del sucesor de Vera Jiménez se posponga, pero si no es así, durante la semana actual tendría que conocerse ya a quien lo deba sustituir en esa responsabilidad por los restantes seis años.
Vera enfrenta dos dificultades; por un lado, no ha logrado estabilizar económicamente a la máxima casa de estudios y cada catorcena se ve obligado a tocar puertas, a fin de poder cubrir el pago salarial de los cerca de seis mil trabajadores de la universidad.
Por el otro, ha debido hacerle frente a una serie de señalamientos en su contra por supuestos malos manejos administrativos que amenazan con privarlo de su libertad. Para su fortuna ha podido evitar ser capturado en más de una ocasión, pero sinceramente la ha visto bastante cerca.
Pero más que en el terreno legal, éste es un asunto que tiene mayores alcances en cuestiones políticas, porque las consecuencias de ese distanciamiento con las instituciones del Estado, lleva a que otras esferas de carácter político intervengan en busca de llamar a la cordura y al trato civilizado.
Y mientras todo eso está ocurriendo, la UAEM se mantiene en un ambiente bastante complicado, porque también en su interior vienen aflorando las diferencias, ya que algunos están en contra y otros a favor del rector. La impuntualidad en el pago de salarios al personal es lo que alimenta las discordias entre los universitarios. El ambiente se sigue calentando, pero curiosamente no porque ya estamos inmersos en el proceso de elección hacia el 2018, sino por conflictos de índole distinto como en el caso de la Universidad y el estado.
Alianzas
Y en lo que se refiere a la intención de secundar aquí en Morelos el proyecto de construcción del Frente Amplio entre el Partido Acción Nacional (PAN), el de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), hay claras señales de que no será nada fácil.
Lo anticipamos en este espacio hace buen rato; las estructuras locales de Acción Nacional no mostraban interés alguno en acatar la instrucción de su CEN de ir juntos a las elecciones del 2018 y, entre otras cosas, recordábamos que los azules habían ido a una consulta con sus dirigencias municipales y su postura fue en contra.
Ahora sólo requieren de que la dirigencia nacional les respete la decisión para que el tema sea sacado de la agenda. Pero todo lo que viene ocurriendo muestra el divisionismo que impera en el blanquiazul.
Hay personajes que trabajan intensamente por lograr darle vida al frente, pero se vienen topando con las bases y la misma dirigencia; uno de ellos es el ex gobernador Marco Antonio Adame Castillo y dos que tres más, que por lo visto perdieron todo tipo de control de sus militantes.
También lo hemos advertido; quien perdería la oportunidad de ir a la candidatura por el gobierno de Morelos en el remoto caso de alcanzar algún acuerdo en relación al frente amplio es el legislador federal Javier Bolaños Aguilar, ya que conforme a los acuerdos superiores, correspondería al PRD ungir al abanderado de los tres partidos.
Ésta posición de ir solos a la contienda fortalece el proyecto del diputado, porque no hay muchos que estén en condiciones de disputarle la posición y podríamos insistir en que va casi solo. Se ha llegado a mencionar al diputado local Víctor Manuel Caballero Solano, que no es un mal elemento, pero ni siquiera ha dejado ver su intención definida de querer buscarla.
Además, Bolaños controla gran parte de las estructuras del PAN, porque es el único que le viene dando presencia a esa institución; la mayoría de los panistas distinguidos, o se refugiaron en la dirigencia nacional, buscando atender sus intereses muy particulares, o están detrás de los escritorios, cuando en estos momentos lo que necesitan es salir a las calles, a los pueblos y comunidades a pedir el apoyo de la gente o a servir de enlace con las autoridades en la solución de problemas y necesidades populares.
Sería pues casi un milagro que la propuesta de incluir al PAN en el frente avanzara en la entidad; a lo largo de dos o tres años han surgido muchas diferencias y se han presentado muchas ofensas entre amarillos y azules, de tal manera, que esos desencuentros parecieran impedir cualquier arreglo en la materia que nos ocupa.