La irresponsabilidad con la que se vienen manejando los municipios en materia de pasivos, sobre todo, aquellos relacionados con laudos, ha llevado incluso a la destitución de dos o tres presidentes municipales durante el trienio anterior.
Entre los sacrificados estuvo el edil de Amacuzac, también el de Emiliano Zapata, pero hay por lo menos media docena de alcaldes de esta generación que deben andar con un amparo bajo el brazo a fin de evitar la guillotina, debido a incumplimientos en el pago de demandas de parte de ex trabajadores que lograron ganar sus respectivos juicios en los tribunales.
Con un poco de resistencia de parte de algunos alcaldes, finalmente, a partir de una propuesta del Poder Legislativo, se logró dar vida a lo que se le conoce como Fondo para la Activación de Infraestructura y Administración Municipal, que inicia con 160 millones de pesos.
Los recursos fueron aportados por las propias alcaldías, es decir, mediante la disminución de dos puntos porcentuales en la entrega de participaciones a los municipios. El Secretario de Hacienda Jorge Michel Luna recordaba que en el 2001 la administración estatal decidió incrementar esas participaciones, de 20 al 25 por ciento.
Para mediados del 2013 se aplicó una reducción para colocarlas en el 22 por ciento y este año, a fin de crear el fondo, se les regresó al tamaño histórico, es decir, el 20 por ciento, para que el restante dos por ciento se fuera al mismo.
Los recursos son descontados desde la dependencia referida y no hay manera de que algún edil pueda evitarlo. Para amortiguar un poco el descontento que provocó tal acción, el gobierno estatal le inyectó 100 millones de pesos, pero condicionados para ser utilizados únicamente en desarrollo de infraestructura, o sea, inversión en obras.
Hace unos días, esa dependencia autorizó las primeras entregas de fondos, por un monto total de 15 millones de pesos, que fueron distribuidos entre ocho ayuntamientos, entre éstos, Amacuzac, Axochiapan, Coatlán del Río, Jantetelco y Tlaltizapán.
Las sumas fueron en función de dos aspectos, a decir de Michel Luna: de expedientes y proyectos bien articulados y justificados y sobre todo, del grado de delicadeza de los problemas en materia de laudos. “Desde luego que se le dio entrada primero a aquellos presidentes municipales con riesgo de destitución”, dijo.
El tema resulta muy interesante porque en efecto, como lo mencionábamos líneas arriba, es un fenómeno que se antojaba imposible de resolver, que amenazaba con la destitución de autoridades municipales y porque en algunos casos se dejaría sin cabildo a los ciudadanos, dadas las circunstancias.
Los resultados eran fatales, porque se llegaría a grados preocupantes de ingobernabilidad. Habría que imaginar a algunos municipios sin autoridades cercanas, de ahí que se tenía la obligación de actuar al respecto y consideramos que ha sido una de las acciones positivas de la legislatura actual.
Jorge Michel sostiene que algunas de esas ocho alcaldías ya resolvieron de raíz sus pasivos laborales, porque lograron, mediante esos recursos, cubrir los débitos consecuencia de demandas laborales y por lo tanto superaron los riesgos de la destitución.
Está en puerta otra entrega de apoyos, en ésta ocasión, a un número mayor de ediles, algo así como diez o doce, porque el monto a repartir sería de entre 20 y 25 millones de pesos. Todavía no se tiene claro quiénes serán beneficiados, porque todo depende de la integración de sus respectivos expedientes, que están siendo entregados en Hacienda.
Pero a decir del funcionario, la meta es que en lo que resta del presente año se logre resolver el problema en los cerca de 30 municipios que presentan esa problemática, porque hay dos o tres que nunca enfrentaron condiciones de esa naturaleza.
Si lo anterior resulta cierto, estaríamos ante la posibilidad de acabar con un conflicto que puso en riesgo a un considerable número de autoridades municipales, porque se condujeron con irresponsabilidad en la materia y por el contrario, lejos de abonar en una solución, le echaban más leña al fuego.
Como se refería, algunos sí tuvieron que pagar las facturas de esos excesos y errores, pero son muchos los que han logrado salvarse de la guillotina que amenaza con cortarles la cabeza por no pagar laudos vencidos que en algunos casos, ascienden a millones de pesos.
Claro, advirtió Michel, “nosotros vamos a apoyar a quienes tengan la voluntad de superar esos obstáculos, porque hay algunos que ni siquiera se dejan, sin embargo, si a partir de lo anterior ellos mismos generan más adeudos, deberán enfrentarlos solos, tampoco es el propósito abonar y alimentar irresponsabilidades”.
El asunto apareció con cierta intensidad desde hace más de una década, fue acumulando pasivos hasta alcanzar cifras impagables. Hay alcaldías de mediana importancia, cuyos pasivos por concepto de laudos, alcanza los 60 millones, débitos superiores a los montos de participaciones que reciben anualmente, así que sin el fondo, simplemente estarían destinados a la quiebra.
Se antoja injusto que una autoridad que debe pregonar con el ejemplo en el cumplimiento cabal de la ley, sea la primera en violarla, no pagando compromisos surgidos a través de despidos injustificados. Eso es cierto, sin embargo, también lo es aquello de que un buen número de demandas debieron ser rechazadas, porque los demandantes no eran merecedores de tales beneficios.
En todo ese mundo de laudos hay decenas de ex funcionarios de buen nivel, empleados de confianza cuya permanencia en los cargos es temporal, pero que con la ayuda de los propios ex alcaldes, lograron que los tribunales en la materia les aceptaran las demandas y son en la mayoría de los casos, los que representan mayores montos a cubrir.
Igual y se le da vuelta a la página, sólo que como decía el secretario, ya será responsabilidad de los alcaldes resolver cualquier situación en ese sentido, si la vuelven a generar en el futuro inmediato. La cosa es que en la mayoría de presidencias municipales hay nóminas abultadas, que aconsejan reducción de personal. Se puede hacer, sólo que hay que cubrir las prestaciones y liquidaciones de ley a fin de evitarse denuncias, como ocurrió siempre. Esa es la parte que se deberá cuidar para no caer en los mismos vicios de sus antecesores.