Desde el inicio de la actual administración se aplicó el descuento a los más de mil trabajadores, cuando a juicio de algunos afectados, corresponde al Ayuntamiento cubrir esas cuotas a las instancias federales, por tal razón, los sindicatos comenzaron a presionar por la reintegración de dichos recursos.
Un regidor, del cual se reserva el nombre por petición de éste, dijo al respecto que hace unos días la Federación había devuelto a la comuna 16 millones de pesos por ese concepto, a fin de que se les reintegraran a los empleados, sin embargo, se ha hecho parcialmente, favoreciendo únicamente a unos 250 sindicalizados, con la distribución de seis millones de pesos.
Hasta ahora, se aseguró, de los restantes 10 millones de pesos no se sabe nada, la tesorería y la Oficialía Mayor los conservan, a pesar de que tendrían que ser entregados al personal de confianza y de apoyo. El temor es que sean objeto de malversación, porque no se aprecia ninguna intención por transparentar el tema.
Y es que las condiciones de ingobernabilidad en esa alcaldía van en ascenso, las permanentes ausencias de la alcaldesa Irma Camacho García abonan en la toma de decisiones de parte de otros personajes y en la cuestión administrativa, son precisamente la Oficialía Mayor y la tesorería las que manejan los recursos públicos con escasa transparencia.
Uno de los que reclaman la devolución del IS, consideró incluso que Camacho García parece estar alejada de muchas acciones que tienen que ver con presunciones de corrupción, señalando que la maestra carece de control y mando y está siendo rebasada desde diversos frentes, sobre todo en lo que corresponde al dinero.
La mayor parte de los funcionarios e integrantes del cabildo andan en el futurismo electoral y sólo le dedican una parte de su tiempo a las responsabilidades públicas, porque no hay quien vigile el desempeño de los mismos, es la percepción de quienes laboran en esa presidencia municipal.
A RÍO REVUELTO…
Incluso las largas ausencias de Irma Camacho, por cuestiones de salud, vuelven a provocar una serie de especulaciones. Ayer se hablaba de la necesidad de tomar medidas a ese respecto, porque se habían cumplido 15 días de inasistencia a su despacho e incluso se mencionaba la posibilidad de llevar el tema a cabildo para valorar una sustitución en la presidencia.
Más aún, se daban nombres de quienes podrían relevarla, uno de ellos es el síndico Gerardo Hurtado de Mendoza, que ha venido haciendo las veces de alcalde para tratar de evitar el vacío de poder. No se tiene precisión respecto a la enfermedad de Camacho, pero se afirmaba que acababa de ser operada de la columna, porque sufrió desviaciones a partir de una caída que tuvo hace algunas semanas.
Lo anterior le llevará todavía muchos días para la recuperación y de ahí que se estime necesario considerar iniciar un proceso para que alguien más se haga cargo de lo que resta del trienio. Claro, lo anterior todavía no se le ha notificado, no obstante se advierte que la ley lo contempla cuando las ausencias son muy prolongadas.
Cuando se desarrolló el proceso a fin de que Camacho García, en su calidad de suplente de Gisela Mota Ocampo, ocupara la presidencia tras el asesinato de ésta, se generó una resistencia, sobre todo de quienes formaron parte de la campaña electoral, por considerar que su avanzada edad sería un problema en su desempeño.
Aquellas apreciaciones se han venido cumpliendo, la alcaldesa ha estado impedida en reiteradas ocasiones, para atender las competencias del cargo, precisamente por enfermedades de diversa índole a lo largo de este año y medio. Otro cuestionamiento fue que adolecía de formación y experiencia, tanto en el aspecto político, como administrativo para garantizar una gestión positiva y los resultados así lo reflejan.
Ella no ha logrado sentarse bien en la silla, por los motivos que sean, desde el interior del ayuntamiento se tiene el concepto de que le quedó grande el asiento y sí por lo menos es una realidad que su espacio de control es mínimo, acaso dirige una tercera parte de las estructuras municipales y es mucho, las otras dos están a cargo de algunos regidores, la corriente política que llevó a Gisela al triunfo y de dos o tres “servidores públicos” que se vienen despachando con cuchara grande.
No hay un proyecto definido en desarrollo, cada parte decide unilateralmente en el territorio que domina y no siempre en atención a las necesidades y reclamos de la gente, como debiera ser, más bien con el propósito de justificar el uso de recursos públicos.
Ha sido la presidenta del sistema municipal DIF, Juana Ocampo, madre de Gisela, la que mantiene una mayor cercanía con la sociedad, a través de los programas institucionales de apoyo a sectores económicamente marginados, aunque a decir de algunos empleados del área, se tengan que hacer milagros, porque no hay muchos fondos, son permanentemente regateados desde otras trincheras.
En principio toda parecía ir bien, porque en los controles administrativos y de ingresos se colocó a personal afín al grupo político de Mota Ocampo, pero los intereses electorales ya propiciaron desprendimientos, como en el caso específico de las titulares de Tesorería y Oficialía Mayor que decidieron adherirse al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y le dan prioridad a sus aspiraciones, particularmente en lo que tiene que ver con el destino del presupuesto. Acá fue público el hecho de que se fueron con personal a apoyar a la candidata de dicho partido en el Estado de México y luego de ello, tomaron varios días de vacaciones en Puerto Vallarta, todo con cargo al erario.
La maestra está tan ausente, que para quienes conocen el manejo interno del Ayuntamiento, no ha logrado sacar algún beneficio significativo de su responsabilidad como presidenta municipal, sin embargo la insuficiencia de controles sí propicia que otras figuras vengan haciendo de las suyas y la corrupción toque niveles de escándalo.