Y es que no obstante los esfuerzos que por lo menos en apariencia se hicieron en la justa del 2015, a nivel de posiciones de elección popular los hombres siguen dominando los escenarios y ellas piden el 50 por ciento de las candidaturas y sobre todo posiciones que, consideran, por ley les pertenecen.
Flor Desire León Hernández, al frente de la Comunicación, Intercambio y Desarrollo Humano en América Latina (CIDHAL) dice que hay una especie de simulación en el actuar de los hombres en ese aspecto. Incluso se quejó de que desde el Congreso local no se ha tenido la voluntad para darle procedencia a la equidad de género en la participación electoral, porque lo que se necesita es hacer de ello una ley.
A su juicio sigue habiendo violencia política y puso como ejemplos el trato que han recibidos síndicas de Amacuzac y Zacualpan de Amilpas, en cuyos sucesos no se ve siquiera un mínimo esfuerzo institucional por salir en su defensa, cuando es claro que se les violan derechos y garantías individuales.
Incluso reclama del poder legislativo, empezar a trabajar a fin de que se tipifique como delito esa clase de violencia al sector femenino, pero advierte que son acciones y evidencias bastante claras de que todavía hay mucha resistencia por concederle a la mujer el lugar que le corresponde en el contexto socio-político estatal.
Y en efecto, como quiera que sea, los hombres siguen dominando los escenarios en todos los espacios, ya sean de representación popular o de cargos en posiciones gubernamentales. Del gran universo de posiciones derivadas de la elección intermedia del 2015, sólo hay 27 lugares ocupadas por ellas en los ayuntamientos y seis alcaldesas.
Pero por lo que venimos apreciando, la mujer se prepara ya para iniciar una férrea lucha a fin de poder dar un paso más en el equilibrio y composición de las estructuras gubernamentales en lo que toca a la presencia de las féminas y seguramente que van a seguir avanzando.
La presencia de ellas en la vida pública es cada vez más notoria en todos los sentidos. Lograron también dar un salto en lo que se refiere a impartición de justicia para su sector con eso de la aplicación de la alerta de género, en el caso particular de Morelos y desde luego, aquello de considerar feminicidio un crimen con ciertas características.
Bueno, como que han estado avanzando mucho más que los hombres en ciertas acciones, pero en lo relacionado a homicidios, hay nula preocupación oficial, la absoluta mayoría de los asesinatos no se investigan y basta con calificarlos como producto del crimen organizado para que las víctimas sean tratadas como objetos.
En el caso de la mujer, hoy día cualquier agresión en su contra es motivo de denuncias y escándalos, que suelen obligar a las instancias competentes en esa materia a ofrecer alguna respuesta para medio tranquilizar las aguas y eso se debe al trabajo de algunas organizaciones como CIDHAL, la Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDH) o la Digna Ochoa de Susana Díaz.
Desde luego que en materia política hay resistencia del otro lado, porque el ascenso del sexo débil es una amenaza al monopolio que por tantos años mantuvieron ellos; sus espacios de participación se verían menguados en un 50 por ciento y eso es lo que les preocupa.
Ya en el 2015 lograron abrir la puerta y una vez dentro es seguro que seguirán adelante, hasta alcanzar el objetivo, y se nos antoja sano, porque finalmente los cambios a nivel sociedad son significativos, hoy día las mujeres contribuyen en mucho en la aportación económica familiar y es justo que se les tome en cuenta en todas las actividades.
Además, el estado y el país necesitan de su esfuerzo para poder complementar la tarea, las nuevas generaciones ya no son como para dedicarse sólo a las tareas domésticas, son capaces de desarrollar cualquier trabajo al mismo nivel que los hombres.
El problema es que incluso a nivel de partidos políticos se sigue apreciando un descuido en el trabajo orientado a fomentar la equidad de género con fines electorales, no hay cuadros y ese fue en parte uno de los problemas en el 2015, que faltaban mujeres con liderazgo y formación a fin de incluirlas en las candidaturas.
Esto no ha cambiado mucho, lo más seguro es que volvamos a llegar al 2018 con las mismas deficiencias, porque además, no únicamente demandan disponer del mismo número de candidaturas que los varones, quieren que ya en la integración de fórmulas y de fracciones parlamentarias en el recinto legislativo cuenten con el equilibrio consabido.
En relación al Congreso local, su visión es que si no llegan en la cantidad necesaria a partir de haber ganado en las urnas, los espacios de representación plurinominal se utilicen precisamente para eso, acomodar a las féminas requeridas para lograr el 50 y 50 en la cámara.
Es a nivel de ayuntamientos donde se percibe aún cierta discriminación en contra de ellas, muy en particular en aquellos municipios alejados de las grandes zonas urbanas, porque todavía priva una alta tendencia al machismo y la segregación, de ahí que algunos sucesos condenables aparezcan eventualmente, como en lo referente a Amacuzac y Zacualpan.
Y en efecto, como señalaba Flor Desire León Hernández, una forma de frenar estas injusticias es tipificar como delito dichas agresiones, de tal manera que quien caiga en esos excesos pueda ser sancionado conforme a derecho. Si esto no ocurre, pues tampoco podremos ver cambios importantes.
Así como se comienza a ver la reacción de muchas organizaciones feministas, es casi seguro que logren obligar al legislativo a actuar a fin de que lo de la equidad de género se transforme en una ley que establezca ya obligaciones precisas para las elecciones del año venidero. Y una vez llegado a este punto, no se podrá dar un paso atrás, porque cuando se deciden, son más persistentes y unidas que nosotros.