Mucho se llegó a considerar que apenas amaneciera el 2017, comenzarían a pegarse con todo, como venía ocurriendo en los últimos meses del año anterior, sin embargo, políticamente hay una especie de tranquilidad, no obstante que ya entramos a un periodo plenamente electoral.

Eso sí, la aparente calma no durará mucho, porque ya quienes se consideran con posibilidades de contender para alguna posición de representación popular, vienen haciendo los preparativos y diseñando las estrategias a fin de volver a la carga ante los electores, a pesar de que las condiciones no parecen nada a modo; el pueblo necesita más que promesas y discursos vacíos, hechos que le demuestren un compromiso real para con sus necesidades, que ya son infinitas.

El escenario sigue siendo el mismo, hay ya aspirantes muy definidos a los principales cargos de representación a jugarse en las elecciones del 2018, difícilmente podremos agregar rostros nuevos, la carrera política requiere de años de ejercicio público y ya se puede advertir con bastante claridad quiénes van por los diversos institutos políticos.

Pero decíamos que sorprendentemente la confrontación entre niveles de gobierno y grupos de carácter social vino a menos, pareciera que lo que en su oportunidad dijera el diputado local Jaime Álvarez Cisneros, respecto a que haber emprendido una persecución en contra del presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, había sido un error garrafal, los ha hecho retroceder.

Es más, ahora pareciera ser más bien el edil el que está invitando a seguirle, porque advierte que podría recurrir al inicio de una denuncia de juicio político y de carácter penal ante la Procuraduría General de la República (PGR) por el daño que le venían causando algunas figuras antagónicas.

El complejo escenario con el que amanecimos en año nuevo pareciera ser una buena cortina de humo para que la población se olvide de la rebatinga entre Poderes que tanto escozor generó en diciembre pasado y que pudiera orientar a las fuerzas políticas a tomar otro camino.

Eso sería inteligente, porque en verdad el único que salió bien librado de ese choque de fuerzas fue el Cuau, sus detractores sólo incrementaron más la animadversión popular en su contra y lo más sensato es que bajen los brazos y admitan el error, de otra manera sólo estarán haciéndole el caldo más gordo a Blanco Bravo.

Hay pues un ambiente políticamente tranquilo, sin embargo, como decíamos, parece espacio a modo para que algunos cuadros afinen motores para arrancar con fuerza rumbo al proceso electoral del año que viene, porque volverá a ser muy interesante.

Quien mantiene una presencia muy fuerte en medios locales y nacionales es el diputado federal Javier Bolaños Aguilar. Sigue insistiendo en la desaparición del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), como medida a fin de poder reducir el costo de la gasolina un poco. Pero igualmente ha cuestionado la decisión del gobierno local de incrementar aceleradamente el costo en el servicio del transporte público, en lugar de intentar algunas medidas menos dolorosas contra el ciudadano.

El hombre ha sabido aprovechar la plataforma que la ha dado el haberse instalado como presidente de la mesa directiva del Congreso de la Unión, para abordar temas de mucha trascendencia nacional y estatal que tienen resonancia bastante significativa; está en lo suyo, viene en busca de la candidatura al gobierno estatal por el Partido Acción Nacional (PAN).

Pero el resto de los que la quieren a partir de otros partidos, todavía no aparecen luego del largo periodo vacacional, sin embargo, eso tampoco significa que estén perdiendo el tiempo, porque además, existen figuras que ya traen cierto caudal electoral y sólo es cuestión de que levanten la mano para perfilarse, como en el caso de la también diputada federal Rosalina Mazari Espín, pero ella por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

A nivel del estado, el tricolor ha comenzado los trabajos de reestructuración en la presidencia del CDE, a cargo de Rodolfo Becerril Straffon, y se considera que quien pudiera tomar las riendas de la institución es quien se acercaría a la posibilidad de aspirar al gobierno morelense.

Mucho se habló en su momento de que el ex sacerdote Antonio Sandoval Tajonar no descartaba la posibilidad de buscar contender por la misma posición a través de algún partido, sabemos que sigue haciendo trabajo de base, pero aún no se ven resultados. No es un mal elemento, sin embargo, tendría que pensar mucho hacia dónde se inclina, porque si no va con una plataforma fuerte, se quedaría en el camino.

Hasta donde nos quedamos, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, también podría aparecer en las boletas electorales del 2018; él, al igual que Cuauhtémoc, ha sido objeto de una persecución constante que también le ha hecho crecer como figura política, hay que encontrarle el lugar correcto.

Y bueno, a nadie le queda duda de que si Blanco Bravo llega vivo al proceso electoral, sería el candidato a vencer, claro, si decide participar, porque para ello tendría que solicitar licencia al cargo de alcalde antes de finales del presente año, como lo prevé la ley en la materia.

Es decir, en este momento vemos con ciertas ventajas a cuatro personajes, dos de ellos muy definidos en lo que se refiere a partidos, Bolaños Aguilar y Rosalina Mazari, y dos que tendrían que negociar con alguna plataforma a través de la cual contender, el rector y el alcalde capitalino.

Pero hay muchos otros que igual y en su momento se meten a la pelea, como el delegado del ISSSTE, Guillermo del Valle Reyes o los senadores Rabindranath Salazar Solorio y Fidel Demédicis Hidalgo. Finalmente, en lo que se refiere a la gubernatura, son los comités ejecutivos nacionales de los partidos los que palomean a los agraciados, así que ninguno está descartado.