La escena que encontraron los peritos encargados del múltiple levantamiento de cadáveres fue dantesca: apilados como si fueran animalitos, con sus rostros casi infantiles y vestimentas que denotaban un bajo nivel socioeconómico.
Alrededor del medio día, familiares de las víctimas identificaron a: Víctor Manuel González López de 15 años de edad, ocupación peón de albañil; Arturo Leonel Corona García de 20, vendedor de ropa de 20 años de edad; Gilberto Jaimes Lara de 16 años, peón de albañil; Emmanuel Uribe Candia de 18 años de edad, peón de albañil; Mario Reza Sotelo de 21 años, peón de albañil y Carlos Alberto Navarro García de 17 años de edad, de oficio ayudante de electricista, todos ellos vecinos del municipio de Emiliano Zapata.
Casi un año después, cuatro jóvenes, dos hombres mayores y una mujer, fueron encontrados en el interior de un vehículo abandonado en el fraccionamiento “Las Brisas” del municipio de Temixco.
El acontecimiento recibió el trato “normal” al que ya nos estamos acostumbrando en Morelos desde hace dos años: la Procuraduría de Justicia difundió la tarjeta informativa que daba cuenta del levantamiento con el título o clave “levantamiento 7 ejecutados Brisas”; los reporteros dieron cuenta en sus respectivos medios de estos datos y la mayoría de los lectores, televidentes y radioescuchas pensó: “ah, otros chavos muertos por andar en malos pasos”, y continuaron con sus actividades cotidianas.
Nadie en la PGJ reparó en que uno de los muchachos se llamaba Juan Francisco Sicilia Ortega, de 24 años. En ese momento era uno más, quizás el número setenta y nueve u ochenta en la lista de muertos en lo que va del año, mismo que recibiría el mismo tratamiento que todos: remitir el expediente a la PGR y dar por cerrado el asunto.
Fue hasta media mañana que el rumor comenzó a correr primero entre los pasillos de la PGJ y después en las diferentes oficinas de gobierno: “uno de los muchachos muertos es hijo de Javier Sicilia. “¿Y quién es ese?”, preguntaban los más despistados. “Creo que es escritor, yo lo he leído en la revista Proceso”, contestaban los más ilustrados.
Tardarían todavía varios días para que los funcionarios del gobierno estatal entendieran la magnitud del hecho, cuando la noticia comenzó a transmitirse por todos los medios nacionales e internacionales (entrevista con Carmen Aristegui, obviamente), la página de Twitter se colmó de pésames de artistas e intelectuales y la revista Proceso del domingo 3 de abril dedicó su portada al caso Sicilia con un reclamo contundente y demoledor: “¡Estamos hasta la madre…!
Esa frase no fue la más irreverente que se escuchó en voz del poeta durante la conferencia de prensa ofrecida frente al Palacio de Gobierno de Morelos. Quienes estuvimos presentes le escuchamos gritar un desgarrador “ya párenle hijos de la ch…”, que sonó como un reclamo directo a quienes hoy parecen haberse apropiado de nuestras calles y no respetan ya los códigos que alguna vez fueron válidos entre los más desalmados capos a nivel mundial, como es no meterse con inocentes, mucho menos jóvenes y niños.
Pero el “ya estamos hasta la madre” fue una frase “ad hoc” porque interpreta un sentir generalizado y no va dirigido a un sector en especial, pero a la vez compromete a todos. Parece ser la continuación de aquel “si no pueden renuncien” que acuñó el empresario Fernando Martí.
Fue hasta ese momento, y en los siguientes días con la multitudinaria marcha, que el gobierno de Morelos se dio cuenta que Javier Sicilia podría pesar más que Fernando Martí o Isabel Miranda de Wallace. La diferencia estriba en que ellos eran empresarios, alejados totalmente de “la grilla”, que se vieron obligados a hacerse personas públicas a raíz del asesinato de sus respectivos hijos.
Javier Sicilia en cambio, es un luchador social que durante años se ha dedicado a enarbolar las causas que él considera justas, como la insurgencia en Chiapas, el ecocidio en el Casino de la Selva, entre muchas otras. También es periodista, amigo de los periodistas más influyentes no sólo en México sino a nivel internacional. Como poeta también es un artista, un intelectual estimado por el gremio y respetado por la sociedad en general.
Martí y Wallace sólo pedían el esclarecimiento de la muerte de sus hijos. Sicilia quiere a los asesinos de su hijo y desde ahorita se ha convertido en ícono de la inconformidad social de los morelenses.
Por eso es que titulé esta columna “la importancia de llamarse Juan Francisco” (parafraseando a Oscar Wilde y su obra “La importancia de llamarse Ernesto”), aunque debiera ser “la importancia de apellidarse Sicilia”.
Y por eso es que comencé la columna recordando a los siete jóvenes “levantados” hace un año en una de las colonias más pobres de la zona conurbada, cuyos homicidios permanecen impunes porque ninguno de ellos era hijo de empresario o intelectual.
Es lamentable que un poeta, escritor y periodista como es Javier Sicilia, haya perdido a un hijo en estas circunstancias, pero ojalá que su muerte por lo menos sirva para que los homicidios que tenemos todos los días en Morelos dejen de ser una simple estadística para las autoridades, y que los morelenses recobremos la capacidad de asombro y de indignación cada vez que veamos una noticia de jóvenes asesinados.
EL GABINETE DE ADAME, EN SU “PRUEBA DE FUEGO”
Ahora bien, el caso Sicilia es ya el mayor reto para el gobierno morelense encabezados por Marco Antonio Adame Castillo. La estrategia debe ser muy inteligente. No hacer cambios se puede interpretar como soberbia; hacerlos antes de tiempo puede confundirse con debilidad.
Las reglas no escritas de la política señalan que este tipo de movilizaciones (alentadas por la oposición, es entendible), son como globos inflados que requieren válvulas de escape (rodar cabezas pues).
En ese sentido, el peso de la presión recae sobre el procurador Pedro Luis Benítez Vélez y su equipo. Más específico: todo depende de una huella encontrada por uno de los peritos que revisaron el vehículo. Si pertenece a uno de los agresores y se le localiza, Pedro Luis (hablando en términos taurinos, que le encanta) “saldrá en hombros con orejas y rabo”. Pero si se están siguiendo pistas falsas y al final no hay responsables en la cárcel entonces el fiscal saldrá en medio de rechiflas y lluvia de cojines.
El otro es el secretario de Seguridad Pública, Gastón Menchaca Arias, quien además de no haber reducido los índices delictivos, provocó el enojo del gobernador al enviar oficios a los particulares que reciben servicios de la PIBA notificándoles que a partir del 28 de marzo ya no recibirían tal prestación por órdenes de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) como si su jefe fuera el general Galván y no el doctor Adame Castillo. El tema ya no es si se va o no, sino quién llega en su lugar.
Pero el secretario de Gobierno Oscar Sergio Hernández Benítez debe irse por delante, dada su incapacidad para ser interlocutor entre las diferentes fuerzas políticas al interior del estado. Sus declaraciones son una ofensa para la ciudadanía y considero que haría mejor papel encargándose del proceso interno para definir candidatos en el PAN y no hacerlo de manera disfrazada desde la Secretaría de Gobierno.
UNA MARCHA “HASTA LA MADRE”
¿Que la marcha fue aprovechada por partidos de oposición? Por supuesto, serían tontos si no lo hicieran. Cuándo se ha visto que en un río revuelto los pescadores se queden con los brazos cruzados mientras los peces caen a sus pies.
Anteayer en la caminata que salió de la Glorieta de la Paz y terminó en el Zócalo de Cuernavaca nada más faltaron los panistas. Ahí estaban todos los diputados y dirigentes de partidos. Hasta el rector Fernando Bilbao Marcos aprovechó el momento para congraciarse con sus alumnos que últimamente lo traen en jaque por la supuesta intromisión en su proceso para elegir dirigente estudiantil.
Difícilmente podrán ponerse de acuerdo sobre la cantidad exacta de participantes. Los conteos van desde los 10 mil hasta los 25 mil, dependiendo la fuente de información. Malos para el conteo y peor para las matemáticas, sólo podemos decir que la marcha estuvo (retomando la frase de moda) “hasta la madre” de asistentes.
¿Que Graco Ramírez fue el gran ausente en la marcha? No es cierto.
Astuto como es, Graco no estuvo físicamente pero sí se hizo sentir. Fue lo suficientemente inteligente para trabajar en la organización del evento a través de sus operadores, y que llegado el momento pueda demostrar que sólo por estrategia no apareció en ese escenario, pero sí tuvo participación. Si las circunstancias son otras, entonces podrá retar a quienes lo acusen de haber estado atrás de la marcha: “A ver, revisen los videos de la marcha para que constaten que no estuve presente”. Así es Graco, siempre con un as bajo la manga.
YAMADA LANDA, UN VIVIDOR DEL TRANSPORTE
Jorge Guillermo Yamada Landa es el prototipo de los vividores del transporte en Morelos. Es “líder” de una desprestigiada línea camionera que todos conocíamos como Omnibus de Morelos, pero que últimamente se hace llamar “Generación 2000” para aparentar que se renovó y para evadir impuestos.
Este hombre de rasgos orientales es lo que queda de aquel “pulpo camionero” que desapareció don Lauro Ortega hace varias décadas, pero que degeneró en pequeños “pulpitos” como Yamada Landa, propietario de al menos diez concesiones o juegos de placas, lo que lo hace prácticamente propietario de la organización hoy denominada “Generación 2000”.
Salgan o no salgan, haya pasaje o no, el dirigente de esta organización se lleva 70 pesos diarios por unidad. Dinero que sólo él sabe en qué ocupa, pues ni siquiera ha podido establecer una base con baños dignos para sus compañeros.
Varias de las unidades que recorren el itinerario de la colonia Lomas del Carril en Temixco, hasta la colonia Milpillas de Cuernavaca, trabajan en forma irregular portando permisos que le otorga la Dirección del Transporte de concesiones que están en litigio. Son placas “clonadas” pues.
Pero para que un “líder” pueda hacer ese tipo de marrullerías se necesitan dos cosas: la complicidad de la autoridad y la protección de un dirigente con mayor rango. Y Yamada cuenta con ambas condiciones.
Y es que a pesar de que casi no representa a nadie, desde que Francisco Alva Meraz era diputado de la Comisión del Transporte, le hizo creer que tenía un gran liderazgo. Hoy, bajo esa misma premisa, tiene a “Panchito” como uno más de sus empleados. Por razones que sólo ellos conocen, el ex árbitro no le niega nada al concesionario.
Los inspectores de la Dirección del Transporte están a las órdenes de Yamada Landa, vía Francisco Alva Meraz. Más tarda Jorge Guillermo en levantar el teléfono para solicitar el apoyo de los inspectores cuando algún camión tiene la osadía de invadir sus recorridos, que éstos en acudir prestos a llevar al corralón a quien sea que se haya metido con Yamada Landa.
Pero nada de esto sería posible sin el apoyo del presidente de la Alianza de Transportistas, Enrique Ramos Cepeda, ex pulpo camionero que preserva el poder a través de la representación de las más importantes empresas camioneras en el Estado. Y aunque la “Generación 2000” es casi inexistente, su dirigente le sirve para los trabajos sucios que requiere la poderosa organización.
Todo lo anterior no podría darse obviamente, sin la complacencia de quien se supone es jefe del director del Transporte, el secretario de Gobierno Oscar Sergio Hernández Benítez, demasiado ocupado en sostenerse en el cargo como para encargarse de estas cuestiones domésticas.
DE TODO UN POCO
Cambio de estrategia.- Como lo habíamos anunciado en este espacio de análisis, hay cambio de estrategia en materia de comunicación al interior del Ayuntamiento de Cuernavaca. Salió el abogado Jorge Mario García Ávila y entra en su lugar el veterano político Roberto Martínez Vara (o Martínez de la Vara y López Portillo, cuando asiste a eventos de mayor caché). La intención, aquí lo adelantamos hace unas semanas, es manejar la imagen de Manuel Martínez Garrigós ya no como un alcalde, sino como un futuro gobernador, para lo cual han traído a un operador de medios “de las grandes ligas”.
En estos tiempos, cuando uno quiere conocer a alguien basta con introducir el nombre en un buscador y después en Facebook, para encontrar de inmediato sus datos generales. En el caso de los que ya no son tan jóvenes, hay que buscarlos en los libros.
Martínez de la Vara aparece en el libro “Cambio de rumbo”, que escribió el ex presidente Miguel de la Madrid, y en el trabajo de investigación de la Facultad de Ciencias de la UNAM titulado “López Portillo, un sexenio de auge y crisis”.
También en una crónica de El Universal de octubre de 1999 con motivo de la celebración de Francisco Ealy Ortíz de sus 30 años al frente de esa empresa. Se codea con los grandes pues, el nuevo jefe de prensa de Manuel.
Jorge Mario regresa a lo suyo tras una etapa aleccionadora en un área que le era desconocida y que seguramente le servirá para toda la vida. Estará en la secretaría técnica en espera de que Carlos Riva Palacio le deje algunos meses la regiduría que ocupa.
La importancia de los archivos.- El Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE) inició ayer el Diplomado de Archivos, en el auditorio del Centro de Investigación en Ingenierías y Ciencias Aplicadas (CIICap) de la UAEM.
El objetivo del diplomado es fortalecer la cultura archivística en Morelos, a través del mejoramiento del desempeño de los responsables de los archivos públicos. Comprende 12 sesiones de cinco horas cada una, mismas que concluirán el 6 de julio, en las que participarán más de 130 personas ya registradas, dedicadas o relacionadas con la gestión y el resguardo de los archivos de diversas entidades públicas del estado.
Partido Socialdemócrata.- Realmente agradable resultó conocer a quienes encabezan el Partido Socialdemócrata en el municipio de Cuernavaca. Se trata del empresario de origen coreano Julián Cantún Kim, recientemente designado presidente del Comité Municipal, y quien presentó a principios de esta semana su plan de trabajo. Le acompaña en el comité el también empresario Jorge Pons Díaz de León. Se nota que son personas con buenas intenciones que quieren trabajar por Cuernavaca, sólo requieren que la gente los tome en cuenta.
La campaña sobre juicios orales.- Está por concluir la campaña de difusión sobre las bondades de los juicios orales en Morelos implementada por una empresa privada con recursos de la Federación. Cabe recordar que el Gobierno Federal destinó un recurso para la difusión del nuevo sistema de Justicia Penal, mismo que, por tratarse de recursos de la Federación, fue necesario someter a licitación la campaña de producción del material y la difusión de éste.
Seguramente usted ya vio alguno de los carteles informativos en periódicos o anuncios móviles, en radio o en televisión que hablan sobre este tema.
A través de una solicitud de información ante la Secretaría de Gestión e Innovación Gubernamental del Gobierno del Estado, La Unión de Morelos obtuvo copias de la licitación pública nacional 46004001-008-10 para la difusión del nuevo sistema de justicia penal de corte acusatorio adversarial.
La junta de aclaraciones se llevó a cabo el 23 de noviembre del 2010 en las oficinas de la Dirección General de Adquisiciones y Patrimonio, la recepción y apertura de las propuestas técnicas y económicas fue el 29 de noviembre y la lectura del fallo ocurrió el 10 de diciembre del año pasado.
A la licitación se inscribieron las siguientes empresas:
Aritma Comunicación S.A. de C.V., representado por Rubén Cravioto Martínez; Grupo GRG Efectimedios, de Gerardo Viveros Hinojosa; R y R Publicidad Comercializadora de Medios, propiedad de Jesús Soria Castillo; Medios Producción de Comunicación de Roberto Gonzáles Vásquez y Fluxus, propiedad de Danae Romero.
La empresa ganadora fue Grupo GRG Efectimedios, propiedad de Gerardo Viveros Hinojosa, por la simple razón de haber presentado el proyecto más barato. Mientras que Fluxus solicitaba un presupuesto de 12 millones de pesos, GRG Efectimedios prometió cumplir con todo el proyecto con tan sólo 4 millones 932 mil 088 pesos.
Ahora sólo falta hacer una encuesta para conocer si el objetivo para el cual fue contratada la empresa se cumplió, es decir, si hoy los ciudadanos de Morelos saben que hay juicios orales y en qué consisten.