Son cien por ciento pragmáticos (aplican la máxima: el fin justifica los medios) y en Morelos están buscando candidatos de aquí y de allá sin importar ideologías, con tal que les garantice votos no sólo para mantener el registro, sino para influir en los tres niveles de gobierno.
Su líder nacional es Fernando González Sánchez, quien anteayer concedió una entrevista al periódico Excelsior y admitió tácitamente que están con Andrés López Obrador por mero interés, y que buscarán ser el grupo parlamentario “que medie entre dos fuerzas muy potentes y que logra ponerlas de acuerdo para hacer de México un país de progreso y prosperidad”.
En la práctica, eso significa que quieren ser “el partido bisagra”, como en alguna ocasión lo fue el Partido Verde o el Partido Movimiento Ciudadano, con pocos diputados pero suficientes para definir (previa negociación) el rumbo de las votaciones importantes.
Explica que aspiran a una votación de dos dígitos, ganando al menos 50 distritos con muchos diputados federales y locales y ayuntamientos. “No somos un partido de maestros, somos una plataforma plural, incluyente, vinculada a comerciantes, empresarios, trabajadores de todas las áreas de la vida económica y algunos maestros”.
Y niega (no podía ser de otra manera), que el partido sea propiedad de su suegra. “No está prohibido tener familia con influencia en otros sectores. Al revés, para nosotros es una fortaleza Elba Esther Gordillo. No está metida en el partido. Ella ha tomado una decisión sabia: mantenerse al margen. Es una buena decisión, por su influencia, edad, naturaleza como dirigente”.
Pero sus seguidores y simpatizantes saben que la mayoría de sus líderes son profesores y que nada se mueve en el partido sin la autorización de la maestra.
En Morelos la organización elbista nació con muchas promesas y desde que salió la maestra de la cárcel prometieron que a sus seguidores serían puestos en el gobierno federal, estatales y municipales. Los concentraban en hoteles de la colonia Polanco de la ciudad de México, donde se medían los avances del proyecto, según me comenta uno de sus fundadores.
En una reunión con la dirigencia nacional del Partido del Trabajo se pactó que le darían al PT el seis or ciento de la votación a cambio de posiciones plurinominales; el PT nunca se preocupó de hacer estructura porque ahí era donde entraba RSP con todos los elbistas, “expertos en el manejo de redes”, al servicio del proyecto de AMLO.
No fue difícil convencer a los maestros morelenses para que votarán por AMLO. “Apoya amigo maestro a RSP y la reforma caerá,” decían. Ya después todo se volvió más turbio y RSP se registraba por Morena en unos estados pero en su mayoría por el PES.
AMLO ganó en julio de 2018 y la maestra salió de la cárcel en agosto. En enero tuvieron una asamblea en el salón del hospital español donde se presentaron los estatutos para que RSP pasara de organización a partido político y empezar con los requisitos del INE, prometieron sueldos y apoyos. Pasó marzo y abril y nada, ni apoyos ni cargos públicos.
En Morelos, donde ganó la alianza Morena-PT-PES, se dijo desde mucho tiempo antes que el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) sería para los elbistas. Luego que la Secretaría de Educación, pero al final no les dieron ni una cosa ni la otra.
En esta columna publicamos en agosto del 2019 que la lideresa estuvo en Morelos el día 17 de ese mes, hospedada en la más lujosa suite del hotel Fiesta Americana, lista para hacer su entrada triunfal en el Centro de Convenciones de Xochitepec en cuanto se declarara que se habían alcanzado los tres mil asistentes, requisito para ser considerada asamblea estatal con miras al registro de RSP como partido nacional.
Me comentan que el hoy precandidato de Morena a diputado federal, el ex priísta Amado Orihuela Trejo, fue a ver a la maestra hasta su casa donde se mantenía en arraigo domiciliario, le pidió perdón y le ofreció llevarle a la gente necesaria para obtener el registro como partido. Pero fracasó.
Cuentan testigos que la gente comenzó a llegar desde las 10 de la mañana de aquel 17 de agosto; “acarreados” en camiones provenientes de diversos puntos de la entidad la asistencia ya superaba los tres mil requeridos, pero a las 12 que comenzó el evento muchos contingentes se retiraron, de tal manera que a la hora del conteo faltaron 300.
La maestra se fue muy molesta ese día. Entonces “entró al quite” el hoy senador de la República por el Partido Nueva Alianza, Ángel García Yáñez, quien pidió la oportunidad de organizar la asamblea de RSP en la zona oriente de Morelos, y no solamente reunió los tres mil asistentes requeridos, sino mucho más.
A partir de ese evento la maestra le entregó a Ángel García Yáñez “la franquicia” de RSP, y éste la delegó en su esposa, María del Rosario Herrera Ascencio, quien a partir de ese momento comenzó a buscar ciudadanos que quisieran ser candidatos pero que garantizaran votos para el nuevo partido.
En forma paralela, y obedeciendo órdenes de Moisés Jiménez (brazo derecho de Elba Esther), el profesor Paul Pliego Escobar trabajó en la conformación de la estructura estatal de RSP, hasta el pasado martes, cuando anunció su renuncia “por no estar de acuerdo con las directrices que están tomando donde no es posible la participación ciudadana”.
“En todo momento encontré esperanza y unidad para conformar un proyecto con oportunidad para todos los sectores sociales, sin embargo, veo como esos escenarios no son posibles y no coincido con esa nueva forma porque soy un hombre de lealtad, compromiso y dedicación para lograr las causas comunes”, afirmó en su carta de renuncia.
Hasta el momento, “las cartas fuertes” del nuevo partido son los hermanos Beltrán Toto, Sergio y Juan Carlos, y el ex diputado local Eder Rodríguez Casillas, los tres con trayectorias similares de enriquecimiento inexplicable, y con una característica común: su amistad con Rodrigo Gayosso Cepeda.
HASTA MAÑANA.