Este fin de semana quedaron debidamente registradas las alianzas entre los diferentes partidos políticos reconocidos por el Instituto de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) con miras a las votaciones del 6 de junio del 2021 para presidentes municipales y diputados locales.
No tiene caso opinar sobre si hicieron bien o mal tal o cual partido político, eso lo podremos saber un día después de la elección de acuerdo a los resultados. Los acuerdos ya están hechos y lo único que podemos decir es que fueron firmados por cuestiones estratégicas y no por coincidencias ideológicas, así que sus dirigentes se pueden ahorrar los discursos sobre los motivos de fondo y decir simplemente: lo firmamos por así convenir a nuestros intereses.
Y es que si nos pusiéramos a comparar los institutos políticos con un platillo de esos que cocinan los chefs llegaríamos a la conclusión de que es un revoltijo de ingredientes, donde se mezcló lo dulce con lo amargo y también lo picoso. Un revoltijo de colores y sabores pues.
Una de las alianzas más esperadas fue la del partido en el gobierno llamado Partido Encuentro Social (PES) y el del gobierno federal que es Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), dado que durante las semanas previas “se calentó el ambiente” con declaraciones de ambas dirigencias.
Hasta anuncios espectaculares en la autopista se vieron con la leyenda “No a la alianza con el PES”, pero por parte de la dirigencia pesista no hubo nada de humildad y desde el principio desestimaron la supuesta inconformidad, diciendo que los autores de esas acciones eran “los Rabines”, y que “quienes no los conozcan que los compren”.
Todavía el 31 de diciembre Gerardo Albarrán, presidente del Comité Directivo Estatal de Morena, encabezó una conferencia de prensa en la que ratificó su rechazo a cualquier acuerdo con Encuentro Social.
Margarita Cuata Domínguez, ex diputada federal por Morena, quien también participó en la rueda de prensa, declaró que en caso de que la dirigencia nacional les hiciera caso, buscarían que fuera candidata mujer –en cumplimiento a la paridad de género- pero ya en corto descartó que la afortunada pudiera ser la diputada local Alejandra Flores.
Lo que ocurrió después nos recordó mucho a lo que les aconteció a los seguidores del equipo de futbol Cruz Azul.
Para los que no están empapados con el tema futbolístico les explico: El Cruz Azul es un equipo propiedad de una cooperativa del mismo nombre, presidido durante décadas por un señor llamado Billy Alvarez. Inexplicablemente es uno de los equipos con más aficionados en este país, pero resulta que en varias ocasiones les ha pasado lo mismo: que logran meter varios goles, pero al final el equipo contrario logra remontar y les gana.
Así les ocurrió en una final contra el equipo América y más recientemente con los pumas de la Universidad, al grado que la Real Academia de la Lengua aceptó la palabra “cruzazulear” para definir cuando alguien pierde lo que ya tenía prácticamente ganado.
Sin embargo, hay una versión en el sentido de que esas derrotas no eran casuales, sino ordenadas por el dueño del equipo, quien se beneficiaba económicamente cada vez que el equipo perdía, y lo hacía sin importarle el sufrimiento de los aficionados.
Hecha la explicación viene la comparación. Durante semanas los morenistas se cansaron de decir que no aceptarían bajo ninguna circunstancia un acuerdo con el PES, y su dirigente Gerardo Albarrán aseguraba que no se prestaría a un acuerdo a espaldas de las bases.
Ciertamente Albarrán y sus consejeros no son el partido Morena-Morelos, y suponemos que esa fue una de las justificaciones de Mario Delgado para dar luz verde al documento que el PES se encargó de difundir ya cerca de la medianoche del jueves.
En ese documento, al que el nombre de Morena le falta “a” y dice Yecapiztla en vez de Yecapixtla, se establece que dichos institutos políticos, junto con Nueva Alianza, “acuerdan suscribir el presente convenio con el objeto de postular en candidatura común, a las candidatas y candidatos para para (sic) integrar los Ayuntamientos del estado de Morelos para el proceso electoral constitucional ordinario del 2020-2021”.
Firman: Mario Martín Delgado Carrillo, presidente del CEN de Morena; Minerva Citlalli Hernández Mora, secretaria general del mismo CEN; Zitlalli Suárez Durán, presidenta del “Comité de Dirección Estatal de Nueva Alianza en Morelos”, y Jorge Arturo Argüelles Victorero, presidente del CDE de Encuentro Social Morelos.
Es decir, que no tomaron en cuenta a la dirigencia estatal de Morena.
Ya en la repartición de candidaturas, se especifica que el PES nombrará abanderado o abanderada en Cuernavaca y Temixco (Jorge Argüelles y Andrés Duque, respectivamente); a Nueva Alianza le dejan Yautepec (Agustín Alonso Mendoza) y Ayala; y a Morena le toca Tetela del Volcán, Cuátlan (sic) del Río, Tlaltizapán, Yecapiztla (sic) y Tetecala.
Lo más extraño de todo es que después de toda la alharaca que hicieron, tras la aparición del multicitado documento guardaron absoluto silencio, lo que resulta sospechoso.
La pregunta que se comienzan a hacer las bases morenistas es ¿fue Gerardo Albarrán “el Billy Alvarez” de Morena-Morelos, o el arreglo fue en la subsecretaría de Gobernación? Ya se sabrá muy pronto.
Con justa razón, los auténticos “lopezobradoristas” están que trinan contra sus dirigentes y aseguran que no votarán por el candidato de la alianza. Veremos cuánto les dura el berrinche y con qué los contentan.
Así las cosas, es prácticamente un hecho que en la boleta del 6 de junio para la alcaldía de Cuernavaca aparezcan Jorge Argüelles por la coalición ya mencionada; José Luis Urióstegui Salgado por PAN y PSD (ya está firmado); Matías Nazario Morales por Movimiento Alternativa Social (MAS), y los que se acumulen esta semana.
HASTA MAÑANA.