En el futbol se llama “Draft” o “Mercado de Piernas” y es la etapa previa al inicio de un campeonato. Consiste en que los representantes de todos los equipos venden y compran jugadores, pero para saber si lo hicieron correctamente tienen que esperar a que termine el torneo y ver en qué lugar de la tabla quedaron, o si fueron campeones.
Lo mismo ocurre en estos momentos en Morelos y en todos los estados donde habrá elecciones en junio del 2021. Los franquiciatarios de los partidos ya comenzaron a salir —a pesar de la pandemia—en busca de aquellos candidatos que les resulten más redituables.
Tanto en términos futbolísticos como electorales, una buena adquisición es aquel elemento en el que se gasta lo menos posible y la ganancia es muy superior. Un jovencito “canterano” que casi paga para jugar en primera división y que se conforma con verse en las primeras planas de los periódicos, pero que resulta el campeón de goleo, es una verdadera joya para los que se dedican al negocio del futbol.
En cambio, si contratas a un jugador con mucho renombre, pero resulta que por la edad ya no da el ancho, o que incluso a media temporada se lesiona, es una pésima adquisición.
Tanto en el draft deportivo como en el mercado electoral existe una figura singular. En los deportes se llama “agente” en tanto que en la política se llama “operador”, y generalmente es quien se lleva la mayor ganancia en este tipo de transacciones. También les llaman “coyotes” cuando sus formas de trabajo no soy muy ortodoxas.
Y es que este tipo de personajes, cuando carecen de escrúpulos suelen hacer algunas trampas para beneficiarse de la venta de un jugador. Son como los corredores de bienes raíces o los “brokers” en las casas de Bolsa.
Algo que ocurre con mucha frecuencia en el “mercado de piernas” es que el intermediario “infla” intencionalmente al jugador que está ofreciendo para obtener así un precio más alto. Una portada en una revista especializada o una entrevista en televisión; o un hashtag en redes sociales donde se diga que “ha nacido el nuevo Pelé”, es perfecto para impresionar a los dueños de los grandes equipos y que suelten la dolariza.
En la política pasa exactamente igual. Lo peor es que los partidos políticos se dan cuenta de ello hasta que se dan las elecciones y se dan cuenta que su candidato no ganó ni en su colonia.
Y de la misma manera que en el futbol todos quieren “ser fichados” por el equipo que ganó el campeonato anterior, en la política todos quisieran ser candidatos del partido político que arrasó en las pasadas elecciones, lo que no siempre significa que en esta ocasión vaya a arrasar en las urnas.
En ese caso está el partido político denominado Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el cual ganó hasta sin candidatos o con candidatos presos en el 2018. Todos sabemos que esa ola (o más bien tsunami) la provocó el candidato a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, y que difícilmente se mantendrá en las elecciones del próximo año.
Sin embargo, Morena se está dando el lujo de “darse a desear”, y no acepta candidatos que no hayan hecho méritos para ello. Van a estar muy peleados esos lugares y hasta podría haber zafarranchos con tal de obtener el derecho a competir por una presidencia municipal o una diputación, ya sea local o federal.
Con el resto de los partidos sucede al revés. Todos andan buscando “candidatos redituables” que les garanticen un buen número de votos que les permita mantener el registro y proveerles de regidurías y diputaciones plurinominales.
El instituto político que ya tomó la delantera en el proceso de selección de candidatos fue el PT. El pasado miércoles estuvo en Morelos el dirigente nacional del Partido del Trabajo, Alberto Anaya Gutiérrez, quien sostuvo una reunión de trabajo con la estructura de la militancia petista, donde hizo entrega de reconocimientos a los coordinadores de afiliación municipal.
Durante el encuentro, el Comisionado Político Nacional del PT, Alberto Anaya manifestó su respaldo al trabajo de la Comisionada Política Nacional del PT en Morelos, Tania Valentina Rodríguez Ruíz y señaló que en Morelos la estructura del Partido del Trabajo se fortalece con hombres y mujeres comprometidos con las causas sociales. No podía ser de otra manera.
Señaló que el Partido del Trabajo seguirá trabajando de la mano del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como lo ha hecho durante 18 años, y juntos lograr la cuarta transformación del país. No podía ser de otra manera, si se sueltan de Morena dejan de existir.
En este mismo evento quedó fincada la alianza política con el Movimiento Nacional por la Esperanza, donde tomaron protesta los coordinadores (y posibles candidatos para el próximo año) Paty Torres Rosales, de Cuernavaca, Agustín Alonso de Yautepec; Raúl Tadeo Nava, Arturo Abúndez y Félix Sánchez, entre otros.
Unos días después comenzó a moverse en el escenario político el dirigente del PRI en Morelos, Jonathan Márquez, quien “placeó” a la secretaria general de la CNOP Cristina Ruiz Sandoval.
La dirigente del sector popular del PRI aseguró que la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador ha caído en más del 20 por ciento, y lejos de atender la pandemia para recuperar la aceptación del electorado ha emprendido una campaña contra el PRI basada en supuestas filtraciones del ex director de Pemex, Emilio Lozoya.
Por su parte, y siguiendo la línea del PRI a nivel nacional, Jonathan Márquez no descartó que se conforme una alianza de partidos para lograr una mayoría opositora en la próxima legislatura, que acote el poder que actualmente tiene el gobierno estatal.
Veremos cuáles partidos salen al escenario político en los próximos días en busca de buenos “fichajes”, y seguramente también tendremos la aparición de personajes que solamente vemos cada tres años, y que presumen tener arrastre sin importar el partido político que representen. Son los mercenarios de la política, que no tienen una ideología definida y sólo buscan las prerrogativas de los partidos.
A esos, tanto en el futbol como en la política se les llama “cartuchos quemados”.
HASTA MAÑANA.