Cuando se dio a conocer la primera lista de nombramientos del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, causó sorpresa la designación de Víctor Reymundo Nájera Medina como director del Colegio de Bachilleres (Cobaem), ya que el ingeniero textil es cercanísimo al ex gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu, tan es así que fue presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y diputado federal por ese partido.
A un año de distancia, la opinión de una gran parte de la comunidad académica es que pareciera que Víctor fue puesto ahí para ocasionarle problemas al actual gobierno, pues su desconocimiento en la materia es evidente y lo ha suplido con un “amasiato” (políticamente hablando) con el Sindicato Único de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SUTCOBAEM) que encabeza Jorge Licea Jiménez, un personaje que tiene una característica singular: no trabaja en el Cobaem.
Su principal inconformidad es que durante el ciclo escolar 2018-2019 se encontraban al frente de los 13 planteles con que cuenta el Cobaem directores que habían ganado su puesto por examen de concurso de oposición del servicio profesional docente; durante el mes de agosto fueron removidos ocho directores y sustituidos por profesionistas que no concursaron por oposición del servicio profesional docente.
En realidad intentó cambiar a los 13, pero varios se ampararon.
Los nuevos directores fueron propuestos por Nájera, pero el que “palomeó” la lista fue el líder sindical, Jorge Licea Jiménez.
Los inconformes recuerdan que aún antes de presentarse con todo el personal, el nuevo director general se entrevistó en privado por tres ocasiones con Licea Jiménez, y desde esa ocasión trabaron amistad y se apoyan mutuamente.
Sin el apoyo del director general, Licea Jiménez no hubiera podido ganar las elecciones en mayo pasado, cuando (como en los tiempos de López Portillo) él fue el único candidato, por lo que obtuvo una “toma de nota” que le entregó personalmente el presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.
Cada vez que puede, en público o en privado, Licea Jiménez y Medina Nájera intercambian cumplidos y se aplauden mutuamente.
La segunda gran decisión del director general fue cambiar de sede, y se trasladaron a un edificio viejo y abandonado, propiedad de su amigo Fernando Martínez Cué. El cambio fue muy costoso ya que el inmueble carecía de la instalación mínima necesaria como electricidad, redes digitales, baños y espacios administrativos requeridos, hoy es un espacio denigrante e incómodo según refieren los trabajadores.
También cambió de banco, y quienes saben del tema conocen perfectamente que se pagan jugosas comisiones por preferir una determinada institución bancaria.
El tema no es nuevo para el gobernador, ya que el descontento llegó hasta la Casa de Gobierno el cinco de septiembre pasado. En reunión con los alcaldes, el tema surgió en la mesa, se quejaron que los directores se la pasan pidiendo apoyo económico porque el director general no les libera los recursos destinados a cada plantel y la situación se está agravando cada día más en cada plantel, además de que Nájera no les contesta ni las llamadas a los presidentes municipales.
En el Cobaem no hay dinero para nada, sólo para los gastos del director general y su equipo más cercano, en el que se encuentra Roberto Zavala Zúñiga, Miroslava Carreño Franco (de la que aseguran reprobó un examen para subir al nivel de director) y José Daniel Álvarez Cruz, supuesto yerno de Luis Arturo Cornejo Alatorre.
Los que creen que Víctor Nájera Medina no tiene la capacidad para dirigir una institución tan importante (aunque la matrícula haya descendido de 12 mil a 10 mil alumnos en el último año) no se atreven a dar sus nombres por temor a represalias, pero hay una persona que se lo dijo con todas sus letras.
Jaime Manuel Priego Olvera, jubilado del Cobaem desde el 8 de agosto de 2018, le dirigió una carta abierta que refleja lo que muchos trabajadores quisieran externarle.
“Desde que asumió el cargo, se ha venido comportando más como una persona que no tiene ni idea de lo que representa el puesto de Director General y, que al fin y al cabo, proviene de una institución (DGETI) donde no necesita enfrentar problemas pues estos ya vienen resueltos. He podido observar que usted solamente ha servido para despedir personal sin importarle la situación económica en la que se encuentran y que obviamente si eso no le ha preocupado, menos le va a preocupar pagarle en tiempo y forma al personal jubilado”, publicó Priego Olvera.
Y luego de darle a conocer la situación en la que se encuentra el personal jubilado porque no le llegan oportunamente sus pagos, el ex trabajador del Cobaem se despide con una frase lapidaria:
“Espero que este correo lo conduzca a una verdadera autocrítica de cómo ha sido su desempeño dentro de la institución y que se dé cuenta que, por el bien de la misma, usted debe renunciar”.
Obviamente no presentó su renuncia ni lo hará. Su sueldo de 64 mil pesos mensuales (según el portal de transparencia) es bastante bueno como para tirar el arpa por unos cuantos inconformes.
Además, una dirección general de una institución educativa a nivel estatal, es bastante bueno para un ex presidente de un partido político que perdió su oportunidad de demostrar que sabía gobernar y que prácticamente está acabado, tanto a nivel nacional como en el estado.
Pero la gente se sigue preguntando cómo es que Nájera Medina logró meterse al gabinete de Cuauhtémoc Blanco, sin el perfil académico necesario ni experiencia en el ramo, y con el antecedente de ser “compañero de lucha” del odiadísimo Graco Ramírez, al que le siguen buscando cualquier resquicio legal para meterlo a la cárcel.
HASTA MAÑANA.