Yo quería que el mundo se parara conmigo, que mis familiares y amigos vivieran mi duelo a la par… me volví egoísta y se me olvido que ellos tienen sus vidas, sus familias, sus prioridades y que el mundo sigue… sufriendo yo o no. Pero que fuera de nuestras historias sin estos episodios de desamor que no son otra cosa que experiencias que te ayudan a crecer? Entonces no me quedó otra más que conocerme a mi misma, hablar conmigo, consentirme, regañarme… reconocerme como lo que soy, una mujer que tiene defectos pero también miles de virtudes, descubrí que el amor de mi vida tiene una cara y un nombre y es L a u r a, ¡yo soy el amor de mi vida! porque me tengo a mi misma y porque ahora me acepto tal cual soy.
Y es que uno cuando escucha la palabra AMOR inmediatamente piensas en la pareja! y no tiene que ser así, primero va el amor a tu persona y ya después a los demás… el amor pensamos que viene de afuera, y el amor no depende de nadie externo… el amor está dentro de nosotros mismos…
En un principio me dio miedo estar “sola”, pero cuando conecte conmigo misma, caí en tremendos descubrimientos: detecté mis miedos, como por ejemplo mi miedo a la soledad… el no tener pareja me apanicaba por mi necesidad de amor, por mi carencia de amor a mi misma!
Y entonces poco a poco fui aprendiendo a conocerme! Como siempre estaba rodeada de gente, inmediatamente empataba con alguien, esto no me permitía hacer una introspección!
Y cuando lo hice descubrí a una mujer maravillosa que disfruta de su soledad, que se acepta tal cual es; con mi poca estatura, mi celulitis, mi pancita y mi hermosa sonrisa! No importa mi físico lo que importa es mi actitud, mi energía!
Ahora que sé quién soy, estoy más consciente de mi cuerpo, de mi alma y de mi espíritu!
Desde que me conozco soy más hermosa! porque estoy vibrando en la aceptación y eso lo transmito y la gente de mi alrededor es lo que percibe.
Le agradezco tanto a mi pareja que nos hayamos dado ese tiempo, porque aprendí a vivir mi tristeza, mi dolor, mi enfado, conocí todos mis estados, porque me permití estar s o l a y por consecuencia amarme a mi misma.
Ahora sé ser feliz sola… y si tengo a mi lado a mi pareja pues también! es mi complemento, es mi compañero de vida, mi cómplice, mi amigo… nuestra relación ya no es una dependencia, cada uno tenemos nuestra individualidad, estamos juntos con conciencia y por amor, ya no queremos cambiarnos, ahora somos libres y armoniosos.
La meditación fue mi herramienta para profundizar la comunicación con mi alma, me encamino a no juzgar mis emociones y sólo observarlas y dejarlas fluir, alimentó mi ego sanamente, ahora agradezco todo lo que me pasa sea bueno o malo porque todo es circunstancial.
Mi compromiso hoy soy yo, así como también dar gracias y más por todo lo que tengo a mi alrededor. Bendiciones.
Hasta la próxima.