Jamás utilizo el servicio público, pero esta vez lo tuve que hacer y lo hice con un poco de temor. Viajar con un desconocido es un poco intimidante para mí. En fin, llegó y me subí. "Buenas tardes, ¿señorita a dónde la vamos a llevar?", me preguntó el chofer que lucía impecable (peinado planchado y perfumado), con la amabilidad de sus palabras y su apariencia me sentí más confiada. Sin darme cuenta, empecé a entablar comunicación con él y en un recorrido de 20 minutos me contó gran parte de su vida. Un señor de trabajo y con el único objetivo en la vida de darles carrera a sus hijos. Conocer a gente honrada que quiere hacer de sus hijos gente de bien, gente de éxito, me hace creer que este mundo puede cambiar.
Ya una vez con los amigos, tomamos camino hacia esa deliciosa comida que nos merecíamos. Tomamos la autopista federal Cuernavaca-Acapulco y pasando Alpuyeca hicimos la parada obligada para disfrutar de una refrescante y riquísima nieve de jícama con chile. Después, tomamos la desviación a Coatetelco, nuestro destino.
Llegamos a una palapita familiar y con vista a la laguna. ¡Los vendedores no se hicieron esperar! Primero llegaron los niños que vendían cacahuates y semillitas, después llegaron los señores que vendían tamales... Y como si fuera poco, llegó nuestra orden de sopecitos.
Más tarde hicieron su entrada triunfal las mojarras fritas al mojo de ajo, a la diabla y los calditos de mojarra con el complemento ideal, ¡tortillas hechas a mano! Y así empezó la comilona de ese día... Entre anécdotas, recuerdos y risas se nos fue la tarde y los vendedores continuaban llegando a nuestra mesa, ahora el que vendía hamacas y la señora que vendía bolsas tejidas y todos vendieron porque en realidad eran cositas lindas y de utilidad, ¡además de que mis amigas son buenas clientas! Gracias a esto, estas personas pudieron llevar el sustento a sus familias, así como la familia que nos hizo de comer esas deliciosas mojarras también trabajaron y ganaron. ¡Cuánta gente que trabaja y gana su dinero honradamente!
En Coatetalco, como en muchos otros municipios, la gente se levanta para producir y es por eso que en esta comunidad desde el año 2000 se lleva acabo "La feria del pescado artesanal y cultural" para dar a conocer sus recursos naturales.
Este año la van a celebrar el 28 y 29 de noviembre, en el lugar conocido como El Embarcadero de la laguna. Si pueden, no dejen de ir pues van a participar más de 100 expositores gastronómicos y artesanos. Podrán disfrutar del tamal de mojarra en hoja de maíz, caldo de mojarra, mojarra frita, entre otras variedades. Además podrán realizar paseos en lancha, entre otras actividades, como las músico-culturales, como el ritual y la ofrenda flotante y la representación de danzas regionales.
Cuando tengan ganas de comer rico y barato no duden en visitar la laguna de Coatetelco, por cierto saben que Coatetelco significa "lugar de montículos de serpientes". ¡Curioso no!
Varios de los que estuvimos disfrutando de esa tarde en Coatetelco, hemos tenido la oportunidad de salir del país y llegamos a la conclusión de que México no le pide nada al extranjero y además tiene el extra de la calidez y disposición de la gente.
Porque debo de mencionar que nos atendieron como reyes y si no tenían lo que pedíamos nos lo conseguían, como esas bebidas light o la lechera para el postre. Lo que sí les debo de advertir, es que lleven un buen repelente para mosquitos porque después de las seis de la tarde ¡no dejan de atacar!
Hasta la próxima.