Esa suma hace que sea difícil que las grandes empresas mineras olviden el tema, máxime cuando existen ya concesiones liberadas por el gobierno federal que encabezó Felipe Calderón Hinojosa.
La primera empresa que trató de explotar esa riqueza a costa del bienestar de Morelos calculaba un gasto menor a 300 millones de dólares, lo que habla de la alta rentabilidad de ese tipo de minería intensiva, que destruye todo a su alrededor.
Impedir que operen en la entidad es por supuesto algo prioritario, un punto que no puede ser desplazado por otro tipo de problema social, que abundan, ya que el impacto negativo de esa actividad duraría varias generaciones.