De antemano a la hora de redactar este espacio sólo se conocen las generalidades del conflicto, pero se puede intuir que suena poco sensato poner en riesgo la viabilidad de la empresa por una diferencia de apenas un punto del incremento reclamado.
Apenas se había conseguido reactivar la producción de la armadora de autos y con eso la contratación de más personal.
El mensaje que esa huelga manda al mundo es de que Morelos no es una tierra tan propicia para invertir como dicen los mensajes gubernamentales.
Si a eso le sumamos el impacto de la inocultable violencia extrema que vive la entidad, se puede concluir que los morelenses pagan caro la decisión que tomaron en 2012 en las urnas.