Las exigencias del código de justicia para probar un delito fueron más altas que los elementos aportados para pedir el procesamiento de los dos sospechosos.
Además, de la audiencia respectiva surgieron sospechas firmes de que hubo abuso de autoridad y la presunción de otros delitos en el sometimiento de los dos hombres que finalmente quedaron ayer en libertad.
Lo anterior es un duro golpe para la credibilidad de la justicia en Morelos, desde cualquier ángulo en que se enfoque la noticia. Si realmente participaron en los hechos que se le atribuyen, los policías están libres por falta de pruebas. Pero ni siquiera fue eso porque una juez determino que fueron acusados falsamente, lo que incide en la credibilidad de las instituciones.
Todo eso da pie a un cúmulo de errores que deberían corregirse de inmediato, al tiempo de que los responsables deberían ser llamados a cuentas, lo mismo por la ineficiencia que por los abusos.