Cuando las cosas tienen mercado todo puede ocurrir y parece ser el caso de los frecuentes hurtos que los transportistas dicen sufrir.
El dirigente de una de las más importantes asociaciones del gremio es franco al admitir que sus mismos representados han creado un mercado negro de combustible y autopartes, porque adquieren esa mercancía para ahorrar dinero, sin pensar que a sus propias unidades les puede pasar que sean elegidas por la delincuencia.
Aunque las condiciones económicas en las que se desenvuelve el transporte son críticas a raíz de los efectos de la pandemia, nada justifica la compra de artículos robados.
La unidad de los concesionarios es lo único que puede acabar con ese flagelo que ellos mismos crearon al descuidar la vigilancia.
Nunca mejor dicho: lo barato sale caro.