La reforma electoral invalidada ayer por la Suprema Corte de Justicia de la Nación preveía el aumento de 20 a 24 el número de diputados, una nueva redistritación electoral, el aumento de 3 a 4 por ciento de la cantidad de votos necesarios para que los partidos o coaliciones pudieran aspirar a diputaciones plurinominales y regidurías y otorgaba la facultad discrecional de los dirigencias partidistas para decidir quiénes ocuparán las diputaciones de representación proporcional, entre otros cambios sustanciales.
Todo eso ha quedado sin efecto y el erario no soportará en el próximo trienio la cara de cuatro diputados adicionales.
Sin embargo, la Corte no entró en el fondo del asunto y aún sigue sin dirimir la cuestión si la mayoría calificada en el Congreso local la constituyen 13 o 14 votos.
Por lo pronto, quienes consideraron un exceso la citada reforma electoral ya pueden estar tranquilos, mientras que quienes pensaban jugar con esas reglas deberán adaptarse a lo que hay.