Hacía tiempo que no se invoca la llamada Mesa de la Gobernabilidad para el Estado de Morelos, un ente desde el que en algunas ocasiones sean conseguido cosas interesantes para la entidad.
La característica de la referida mesa es que tiene la participación de los partidos con representación legislativa, que al cerrar los tratos los tramitan en el Congreso para darles fuerza de ley.
Hace tiempo que los ciudadanos han quedado excluidos de cualquier espacio de gobernabilidad, por lo que no sería mala idea considerarlos de alguna forma.
La emergencia que vivimos por el coronavirus ha cambiado drásticamente a la sociedad morelense, que no puede vivir un proceso electoral en el 2021 bajo los mismos signos de otras elecciones.
Configurar un escenario congruente para los tiempos que corren debería ser una urgencia, pero no lo es.
Quizá los partidos que ostentan el poder solo quieran aprovechar solo quieran sacar ventajas, pero de todos modos se debe intentar. Si se distorsiona el fin, los electores tendrán la última palabra en las urnas, como pasó en los anteriores comicios, cuando el perredismo se convirtió en algo residual.