Por las experiencias acumuladas, el anunciado apoyo a los concesionarios del transporte público debería ir acompañado de una declaración de compromiso por parte de los beneficiarios.
Una parte aún no precisada de la población requiere de trasladarse a los sitios donde desempeña sus actividades económicas -pese al riesgo que esto conlleva- por lo que el transporte público es más necesario que nunca.
Los concesionarios tienen razón en reclamar por la pérdida de ingresos derivada del confinamiento de la población, pero al igual que el de los trabajadores de la salud, el servicio debe mantenerse.
La ética de quienes ejercen ese y otros oficios prioritarios en estos momentos debe prevalecer, pues lo que están en juego es la vida humana.