La contingencia por la pandemia causada por el coronavirus provocará enormes daños económicos, incrementado por las condiciones internacionales que viven el petróleo y nuestra moneda.
El gobierno federal no ha anunciado ningún plan específico para la recuperación una vez que haya pasado la emergencia, pero se requiere pensar en encontrar recursos adicionales que permitan reactivar la economía.
Los pronósticos científicos hablan de que la reclusión forzosa de las personas puede alargarse más allá del mes programado, lo que debe inquietar a amplios sectores económicos como gremios.
Los abogados, por ejemplo, se han quedado sin fuentes de ingreso, al igual que los concesionarios y operadores del servicio de transporte público y los prestadores de una amplia gama de servicios.
Sin embargo, es la única salida para evitar males mayores, por lo que debe ser aceptada.
La gente que se niega a recluirse y que no toma en serio las medidas y los llamados de alerta debería analizar un poco lo que ocurre en países como Italia, donde la epidemia de la nueva enfermedad crece sin control.
Entre más acatamiento haya a las acciones de prevención, más rápido volveremos a la normalidad.