El Poder Judicial y el Congreso de Morelos se encuentran afectados en su funcionamiento por una situación derivada de su propia composición y las alianzas internas que se han tejido en los órganos de control.
Aunque ese divisionismo no es inédito, sí lo es el hecho de que ocurra al mismo tiempo en los dos poderes citados.
Lo anterior es consecuencia del avance en la construcción de las instituciones que la entidad requiere. No existen hasta ahora previsiones para casos así, pero deben crearse para evitar que el escenario vuelva a repetirse.
En el Poder Judicial las decisiones las toman 18 magistrados, pero hay dos bandos, cada uno de los cuales tiene nueve integrantes, lo que impide tomar decisiones en cualquier dirección.
En el Congreso, con veinte integrantes, se requiere una mayoría de 14 votos para validar decisiones importantes, pero el grupo mayoritario solo está compuesto por trece diputados. El grupo rival dispone de siete votos, con lo que ninguna de las partes ha podido avanzar.
El escenario en ambas instituciones es adverso para la ciudadanía, aunque no se noten ahora los efectos adversos.
Construir una democracia verdadera pasa por encontrar remedio a males como los arriba mencionados.