Los integrantes de los 33 cabildos de Morelos son parte del llamado constituyente permanente, el mecanismo que permite o impide modificar la Constitución local, pero definitivamente desprecian esa labor y eso ha traído serias consecuencias a la entidad.
La última prueba fue la reforma que añadió dos nuevos (e innecesarios) comisionados al Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE). Ayer, el Congreso del estado emitió la declaratoria de validez de esa reforma, que sólo fue aprobada por Jiutepec, mientras que seis municipios la rechazaron pero 26 omitieron votarla en cabildo, por lo que se consideró aprobada por afirmativa ficta (silencio administrativo).
La citada modificación atenta contra el interés de Morelos, por lo que los integrantes de esos 26 cabildos bien podrían ser calificados como cómplices de los excesos.