El alcalde de Jiutepec Manuel Agüero Tovar resolvió ayer el conflicto social creado cuando se anunció que el servicio de recolección de basura tendría un costo para los ciudadanos, como una medida –se dijo originalmente- para sanear las finanzas municipales en los últimos meses de gestión.
La ciudadanía de Jiutepec fue víctima del afán privatizador impuesto por el primer gobierno panista emanado de la alternancia en el poder que se dio en el año 2000.
Esa medida de cobrar directamente por la basura de una forma arbitraria según el tamaño del bulto que se arroja al camión de basura persistió hasta la actual administración, a pesar de que en realidad se trataba de un abandono de las responsabilidades municipales, pues la recolección es un servicio público indispensable.
Rectificar la decisión resultó sano, porque también significa que el alcalde saliente ha leído el mensaje de las urnas y asume su responsabilidad.