A casi cinco meses del sismo del 19 de septiembre, los damnificados por ese fenómeno natural persisten en sobreponerse a las pérdidas sufridas.
Sus historias parecen olvidarse entre los datos revueltos de las acciones que se requieren y las que se llevan a cabo para paliar los daños, pero lo cierto es que lo más importante en una tragedia natural son las personas, quienes habitaron las casas, las colonias, las ciudades que vieron su trazado modificarse drásticamente en segundos e, incluso, desaparecer.
Y son las personas las que siempre estarán presente en La Unión de Morelos, para que su tragedia personal no se olvide.
Jojutla, pero también otros sitios con menos daños, vivirán largos años bajo el peso de las secuelas del sismo, que fueron dramáticas notas de prensa pero poco a poco han pasado a ser historia, un caudal de historias que no se pueden olvidar.