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El terremoto secó los siete manantiales de la comunidad; pese a los esfuerzos por recuperarlos, el agua se resiste a brotar de nuevo.

Xochitepec.- El sismo del 19 de septiembre de 2017 le dio en el corazón a los pobladores de la comunidad de Chiconcuac al quitarles el recurso natural más representativo de este lugar: el agua. Siete manantiales que eran la base económica de esta comunidad desaparecieron.

A poco más de un año del desastre, pese a las acciones que realizaron, los lugareños no lograron recuperar uno de los manantiales más grandes e importante que daba vida al Balneario Rústico Natural “San Ramón”, donde solo ha quedado abandonada la imagen del santo patrono de este lugar que era venerada a un costado de donde brotaba el agua en abundancia.

Lizet Sumano Ávila, una de las vecinas de este lugar que encabezó junto con el ayudante de la comunidad, Héctor Mendoza Domínguez, y Vicente Ayala, presidente del Balneario “San Ramón”, el movimiento de rescate del manantial, relató cómo el sismo les quitó uno de las principales fuentes de agua que daba identidad a Chiconcuac y a pesar de los esfuerzos no lograron recuperarlo. Hoy el balneario y el acueducto se encuentran fuera de funcionamiento.

Lizet Sumano recordó que para quienes viven en esta comunidad el agua ha sido el recurso natural más preciado, pues se cuenta con los manantiales desde el siglo XVI; en la época del conquistador Hernán Cortés se construyó un acueducto que atravesaba el poblado y distribuía el agua cristalina a las comunidades aledañas, campos de cultivo y desembocaba en el río, mientras que el Balneario Rústico Natural “San Ramón” tiene alrededor de 80 años de vida y es operado por los propios ejidatarios del lugar.

"Chiconcuac contaba con siete manantiales que hoy, tras el sismo, han desparecido. Solo el de San Ramón, el más grande que producía alrededor de 200 litros por segundo, era el más importante. El resto se encontraba en propiedades privadas, pero que también dotaban de agua a exhaciendas y quintas que contaban con gran vegetación. San Ramón era el lugar más representativo para quienes viven en Chiconcuac. Quizás con el sismo no perdimos casas como en otros municipios, pero nos dio en el corazón, el agua que salía de aquí era el bien más preciado para nosotros. Chiconcuac (viene del) náhuatl, Chicomecóatl, que quiere decir ‘siete serpientes de agua’, es decir, los siete manantiales de la comunidad que hoy ya no están", relató Lizet.

Recordó que con el sismo todos se abocaron a los daños materiales; en ese momento, el agua del acueducto se desbordó como si brotara mucha más agua de la normal. Sin embargo, a los cuatro días, la asociación civil del balneario notificó que el manantial había disminuido su producción de manera considerable, por lo que la comunidad se unió para buscar la manera de buscar más agua, pero tres días después desapareció en su totalidad.

Comentó que ante la pérdida de este manantial, se integró una brigada de apoyo integrada por vecinos de este lugar, desde jóvenes, adultos, niños, y mujeres que daban alimentos para emprender jornadas de trabajo con palas y picos para excavar con el objetivo de encontrar el agua nuevamente. Incluso se tuvo ayuda de organizaciones de otros estados, especialistas que se sumaron, empresas que prestaron maquinaria y equipo. "Las agrupaciones trabajamos en conjunto para encontrar el agua, se tuvo equipo, maquinaria, pero no sabíamos hasta qué profundidad estaba el agua. Después de un mes no encontramos nada. Para esa fecha se confirmó que todos los manantiales habían desaparecido", relató.

La sequía de los manantiales, y principalmente el de San Ramón, representó la pérdida de empleos, afectación al campo, desabasto para las familias de Chiconcuac que necesitaban el agua para el uso doméstico y las comunidades de sus alrededores; “el balneario no es lo que era hace un año: daba empleo, había turismo, más de 20 hectáreas llenas de vegetación, agua, comercio. Hoy tres de cinco albercas se fracturaron y están fuera de servicio, bueno todo el balneario está fuera de servicio. Chiconcuac, un pueblo con mucha historia, tenía como los principales clientes a la Ciudad de México, y hoy la economía se ha estancado. No hay agua y ni hay actividades económicas para la región”, lamentó.

Lizet Sumana refirió que tras la entrega de oficios a diferentes dependencias y tocar puertas en los distintos niveles de gobierno por parte del ayudante de la comunidad y la Asociación Civil “San Ramón”, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) destinó recursos para la perforación de un pozo; el agua se encontró a poco más de 180 metros de profundidad, mientras que el manantial brotaba a nivel de piso. "Hace dos meses se terminó de perforar, pero ahora la extracción del agua representa un costo económico grande. Actualmente se realizan pruebas de extracción y el agua no se extrae con la misma calidad con la que brotaba del manantial; ahora será un costo elevado por el gasto de energía eléctrica, equipo, materiales y el proceso que deberá de recibir el agua, y esto no garantiza que regresará a ser lo que era antes del sismo. El agua era natural, cristalina, no se requería de gastos, pues brotaba de manera natural; ahora se tendrá que realizar un esfuerzo material y económico mayor", señaló.

Actualmente, la imagen de San Ramón, un santo que era venerado en este manantial que recibió el mismo nombre, se encuentra a un costado del espacio vacío, seco, donde solo hay piedras y maleza, mientras a unos metros se realizan los trabajos de adaptación del pozo que fue perforado. Aún se tiene que instalar el equipamiento para su operación, para lo cual requerirán de una nueva inversión económica.

 

 

Publicado en Zona Sur

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