La diferencia entre mi último viaje hace casi tres años y este de 2015, puso en evidencia mayor conciencia entre los ciudadanos por apoyar los esfuerzos existentes e involucrarse en el desarrollo de energía limpia. Cada vez más casas tienen paneles solares instalados en sus techos. Podría parecer extraño que en un país donde el sol no es una constante, la energía solar funcione bien. Pero así es, funciona muy bien porque se absorben los rayos del sol aún durante los días nublados o lluviosos. Siempre me ha parecido raro que en México, donde tenemos el sol garantizado casi todos los días del año, no haya más paneles solares instalados en las casas: todavía son escasos…
Por otro lado, las turbinas eólicas están cambiando el panorama de los campos inglés y escocés; la energía generada por ellas es cada vez mayor, no sólo en las costas sino también en el mar. Vi turbinas instaladas en muchos sitios de Inglaterra, así como de Escocia. Es muy notable su existencia y se ha dado una polémica entre los ciudadanos sobre su presencia, si éstas afectan negativamente el paisaje o no. En lo personal, me impactan, pero siempre de manera positiva.
Sin embargo, desde que regresé a México, el gobierno británico ha anunciado unos ajustes al presupuesto nacional que no están a favor de las empresas generadoras de energías renovables. Es más, el Partido Verde inglés describe dichos ajustes como “un golpe grave en la lucha contra el cambio climático” (www.theguardian.com) y la organización Greenpeace ha dicho que el canciller británico está lejos de la realidad de la situación. Lo que está en el fondo de esos ajustes es la creencia y la dependencia del petróleo. Es obvio que todavía estamos lejos de abandonar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, lo cual es un grave problema continuo. El cambio a la generación de energías limpias no sucederá si no existe un apoyo constante del gobierno. Los avances tan visibles están siendo frenados y en verdad que esto es toda una tragedia.
Sin embargo el compromiso por hacer todo lo posible para luchar contra el cambio climático debe seguir. Lo estamos viviendo y no hay prueba más contundente que ésta: en la primera semana del torneo de tenis de Wimbledon, en Londres, las temperaturas llegaron a más de 35°C. Se registraron 36.7°C en el aeropuerto de Heathrow, rompiendo récords por ser el día de julio más caluroso de la historia. Ese mismo día, en la cancha central de Wimbledon, los tenistas estaban jugando a una temperatura –registrada en el momento más intenso – de 41.7°C. Consideraron seriamente la posibilidad de posponer los partidos si las temperaturas no bajaban. Afortunadamente el clima mejoró, pero fue difícil y muy retador durante un par de días. En París, la capital de Francia, también sufrieron temperaturas por arriba de 35°C, lo cual parece absurdo. ¿Desde cuándo está haciendo más calor en Europa que en Cuernavaca?
Pues ésta es ahora nuestra realidad… Es triste que avancemos y luego retrocedamos, avanzamos un poco más sólo para retroceder de nuevo. Está claro que necesitamos avanzar más que retroceder porque la destrucción de la vida en nuestro planeta será inevitable si nuestra dependencia de los combustibles fósiles sigue adelante.
En Londres quieren construir una nueva pista en el aeropuerto. En México queremos construir todo un nuevo aeropuerto. En Cuernavaca estamos construyendo nuevos carriles en el libramiento y destruyendo miles de árboles en el proceso. En todos lados el desarrollo sigue acelerando y yo no veo el suficiente compromiso para remplazar los combustibles con energía limpia, ni en Gran Bretaña ni en México. La verdad es que estamos viviendo un momento en la historia del hombre francamente triste y devastador.