Martes, 25 Septiembre 2012 07:15

El legado de Londres 2012 y otros legados más…

Reportera
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La euforia que acompañó el éxito de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en Londres 2012 está ya en descenso. Tuve la fortuna de experimentar y disfrutar del último evento en Londres cuando el equipo de la Gran Bretaña hizo un recorrido por las calles de la capital británica acompañado por hasta un millón de ciudadanos felices y orgullosos, demostrando y agradeciendo su esfuerzo, dedicación y talento deportivo.

Substituyendo la euforia, está el tema candente del legado de los Juegos, sobre todo de lo que va a pasar con las instalaciones, el futuro de la villa olímpica, etc.

La palabra legado es digna de consideración. Según el Diccionario de la Real Academia Española quiere decir aquello que se deja o transmite a los sucesores, sea cosa material o inmaterial”. Por lo tanto, el proyecto olímpico tiene que transmitir sustentabilidad para las futuras generaciones, no sólo en términos de apoyo al deporte, sino también lo relativo al uso sostenible de las instalaciones a largo plazo y el desarrollo económico que estimulará de la mejor manera esa área transformada de Londres. El Parque Olímpico ha sido cerrado para permitir el cumplimiento de los planes para el futuro, o sea reabrirse en 2013 como un parque único y abierto a todos.

Siguiendo con el tema del legado, el tópico que más preocupa a los ecologistas en este momento es el derretimiento del hielo ártico. Nunca hemos visto la superficie de hielo en verano en el océano ártico tan pequeña como en este momento. Éste es el legado, sin duda, de nuestras acciones como seres humanos en el planeta Tierra, de nuestra fascinación por consumir, por tirar basura, por vivir sin pensar en las consecuencias. Toda nuestra historia se basa en la necesidad urgente de progresar a una vida mejor. ¿De qué trata una vida mejor? La respuesta sencilla es tener un techo sobre nuestras cabezas, tener suficiente comida para poner sobre la mesa y acceso a agua limpia y potable. La respuesta compleja es mucho más complicada. Yo estoy escribiendo este artículo en una computadora, estoy utilizando energía eléctrica no sólo para su operación sino también para escuchar música; tengo una televisión, un teléfono celular, un refrigerador, todos consumiendo electricidad. Mis hábitos son parecidos a los de millones de personas alrededor del mundo; participamos todos en la vida moderna que se supone es mucho mejor que antes. El gran problema es el legado de nuestra forma de vivir que se ve reflejado en el hielo ártico que está desapareciendo a una velocidad alarmante.

El legado de la desaparición del hielo será su impacto en las condiciones meteorológicas y que se manifestará en temperaturas más altas a nivel global. Será cada vez más complicado y más difícil cultivar alimentos; los trastornos climáticos que sin duda azotarán a México, incluyen tanto la sequía como las inundaciones, el calor excesivo como el frío intenso. Ya lo estamos viviendo y lo viviremos cada día más.

Es tiempo para todos de pensar en nuestro legado. Es nuestro deber considerar la vida para las futuras generaciones que tendrán que aprender a vivir con las condiciones que hemos causado y que dejaremos para ellos. Esperamos que los Juegos Olímpicos de Londres 2012 sí hayan sido verdaderamente sustentables y que sirvan como un buen ejemplo para los Juegos de 2016 que tendrán lugar en Río de Janeiro.  Todos tenemos derecho a disfrutar eventos deportivos de este tipo, pero es posible y urgente llevarlos a cabo de manera sustentable.

Como último punto les quiero compartir que regresé en el avión de Londres junto con los integrantes del equipo paraolímpico de México, a quienes quiero felicitar por todo lo que lograron en Londres 2012. Un equipo extraordinario, valiente y de mucho talento, que sirve como un excelente ejemplo de dedicación y entrega. Su legado es el de inspirar a otros, sin duda alguna.

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