Martes, 19 Junio 2012 07:54

“Ecología en tus manos cumple cinco años”

Reportera
Lectura 2 - 4 minutos

“Ecología en tus Manos” celebra hoy su 5º aniversario

Cinco es un buen número. Yo me acuerdo que cuando tenía 5 años quería tener 15, y cuando llegué a 15 me desesperaba por tener 25.  Hoy, me gustaría regresar a los 50…  Dejando mis sueños atrás y regresando al tema del 5, se trata de un número natural que viene después del 4 y antes del 6; es también un número primo, después del 3 y antes del 7, y es el único número primo que termina en 5. Es interesante notar que a la hora de asignar pétalos a las flores, la naturaleza parece tener una predilección por el número 5. Contempla las flores que nos rodean aquí en Morelos y verás cuántas tienen sólo 5 pétalos…

¿Por qué tiene importancia el 5? Pues para mí tiene especial trascendencia porque hoy celebro 5 años escribiendo esta columna. Con esta nota publico la número 250 –por cierto un número divisible entre 5– y esto representa la publicación de 50 artículos cada año. Nunca imaginé que podría escribir tanto sobre el tema de la ecología, pero es obvio que con el paso de los años el tema se ha vuelto cada vez más importante.

Pensando en el 5 descubrí que hay toda una Ley de Cincos. Tenemos 5 dedos en cada mano y 5 deditos en cada pie; cada uno de nosotros tiene 5 apéndices conectados al torso: me refiero a la cabeza y a nuestros 2 brazos y 2 piernas. Casi todos los mamíferos, anfibios y reptiles tienen 5 dedos en cada extremidad, una similitud con los seres humanos.  Son 5 océanos en el mundo, siendo éstos el Atlántico, el Ártico, el Índico, el Pacífico y el Océano Sur.

Los seres humanos tenemos cinco sentidos que nos sirven para conocer y relacionarnos con nuestro entorno: con el gusto reconocemos los sabores; con el olfato olemos lo que está en el entorno; con el oído percibimos todos los sonidos; con la vista contemplamos lo que nos rodea; y con el tacto reconocemos las cosas cuando las tocamos. Es más, los órganos de los sentidos captan impresiones las cuales son transmitidas al cerebro y éste las convierte en sensaciones. Es a través del gusto que experimentamos cinco sabores básicos: lo dulce, lo salado, lo ácido-agrio, lo amargo y lo picante. Los elementos con que tenemos contacto permanente a través de nuestros sentidos son cinco también: me refiero al agua, el fuego, la tierra, la madera y el metal.

Cinco es el número de círculos en el símbolo de los Juegos Olímpicos, representando a África, América, Asia, Europa y Oceanía. En un año en que se celebra este magno evento deportivo, tenemos más presente que de costumbre el famoso logo que pronto estará en evidencia desde Londres, Inglaterra, la ciudad anfitriona en esta ocasión.

Para componer música se escribe sobre cinco líneas: se trata de un pentagrama o pauta musical. Es el lugar donde se transcriben las notas y todos los demás signos musicales en el sistema de notación musical occidental. Está formado por cinco líneas horizontales, rectas, paralelas y equidistantes, permitiendo cuatro espacios donde escribir las notas.

Considero importante reconocer el 5º aniversario de esta columna y agradezco a la Unión de Morelos por cederme el espacio cada martes para su publicación, a veces acompañada de una fotografía. Agradezco también enormemente a mi amigo Ricardo Cojuc, quien, entre sus múltiples responsabilidades como profesor del Tecnológico de Monterrey, Campus Cuernavaca, encuentra el tiempo cada semana para revisar mis textos y corregir mis errores, falta de acentos y barbarismos con el tiempo subjuntivo.

Agradezco finalmente a todos ustedes, mis lectores. Ignoro cuántos son pero espero que sean cada vez más. Es posible leer mis artículos no sólo impresos los martes en este periódico sino también en línea, el día que quieran, en este sitio: www.launion.com.mx. Además, subo cada artículo a mi blog, llamado también Ecología en Tus Manos, que es muy fácil de encontrar: www.ecologiaentusmanos.blogspot.mx.

Reconozco por último el esfuerzo que implica vivir de manera ecológica y aplaudo a los que están haciendo su parte. Es vital pasar la voz, insistir en la importancia de una conciencia ecológica y enseñar a los jóvenes a cuidar nuestro planeta. Sólo tenemos esta única oportunidad; no hay que echarla a perder. Hemos logrado mucho en estos últimos cinco años pero todavía queda mucho, mucho más por hacer.

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