Martes, 30 Agosto 2011 08:13

Seremos 7 mil millones, ¿habrá comida suficiente?

Reportera
Lectura 2 - 4 minutos

Es difícil imaginar que pronto la Tierra estará poblada por 7 mil millones de personas. Es un número que ni siquiera podemos imaginar, pero habrá esa cantidad de seres humanos, compartiendo el planeta, el agua y la comida. ¿Habrá suficiente para todos, es decir cada uno de nosotros? Eso no lo sabemos pero sí tenemos una idea.

Llegaremos a tal número este año, muy probablemente en octubre, dentro de poco más de un mes… Es posible leer sobre niveles de fertilidad en declive o sobre la trágica hambruna que está sufriendo un país africano terriblemente afligido, Somalia, cuya población no tiene gobierno ni leyes; quienes aún no han perdido la vida están llegando al país vecino, Kenia, en búsqueda de agua y comida. Los desastres naturales que acaban con la vida de cientos de personas son cada vez más comunes. Sabemos que en China las parejas sólo pueden tener un hijo, ya que la ley prohíbe tener más. En Corea del Norte se vive actualmente una crisis de comida y globalmente el precio de los alimentos básicos es muy alto, casi para establecer un nuevo récord. Si a todo esto sumamos el tema del cambio climático, pues el problema se vuelve más agudo porque sin garantías de lluvia o de temperaturas adecuadas no sabemos si habrá suficiente para todos.

A lo mejor me acusarán de ser alarmista porque en nuestra querida Cuernavaca existen muchos supermercados y otros más, al parecer, a punto de ser construidos. Todos ellos son supermercados grandes y llenos de miles de productos, la mayoría de ellos comida en alguna u otra forma. Además, contamos con muchos mercados, la forma tradicional de vender comida fresca a precios razonables. Hay que tomar en cuenta también los almacenes de abarrotes y las muchas otras tiendas que ofrecen aún más productos alimenticios a su clientela, escenario que se repite en cada ciudad y pueblo del país. Para surtir las tiendas se necesitan grandes abastos de comida y hay mucha presión para traer lo necesario para satisfacer las necesidades inmediatas de las poblaciones locales. Parece increíble que haya gente que sufra de hambre en México – por la cantidad enorme de comida que está a nuestro alcance – pero es un hecho irrefutable y vergonzoso. Derribar árboles para crear más campos para cultivar trigo, maíz y arroz ha sido la respuesta, pero en algún momento no habrá ni más tierra por cultivar ni la suficiente lluvia para producir lo suficiente.

El mundo tiene de todo: sequía y hambre en una parte, inundación y pérdida de las cosechas en otra, mientras que se da una producción agrícola científica, intensiva y alta en otra más. Sin embargo, muchos vivimos en medio de una abundancia de comida y las cantidades que se desperdician son para dar miedo. Cuando vemos imágenes de los niños somalíes muriéndose en brazos de sus madres, deberíamos aprender a ser más responsables con la comida y no desperdiciarla nunca más.

Los recientes acontecimientos en Estados Unidos – primero el temblor y luego el huracán Irene – nos enseñan que el cambio climático es un fenómeno real, aquí y ahora, y no lo podemos dudar. Seguramente los daños causados por Irene tendrán importantes repercusiones sobre la producción de comida en el país vecino. Sin embargo, seguimos comiendo y comiendo. En enero de este año se reportó en La Jornada que “El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, advirtió que el alto nivel de obesidad y sobrepeso que existe en México pone en peligro la esperanza de vida de las generaciones actuales, el futuro del país y la estabilidad de sus finanzas públicas”. Es un hecho grave que uno de cada tres niños mexicanos tenga sobrepeso o sea obeso. Es una tristeza que así sea y es una vergüenza que haya tantas personas en nuestro país que no sepan de dónde vendrá su próxima comida…

Seremos 7 mil millones de personas en el planeta Tierra y tendrá que haber lo suficiente para alimentar a todos. Dependerá de nosotros, de nuestros hábitos y costumbres en casa y, sobre todo, del cambio climático y su impacto sobre las cosechas. Crucemos los dedos esperando que haya suficiente para nosotros en México. En tu próxima comida, piensa un poco en los demás, en quienes no tienen todo lo que tú sí tienes.

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