"La cantidad de rumores inútiles
que un hombre puede soportar es
inversamente proporcional a
su inteligencia ".
-Arthur Schopenhauer-
Este artículo está siendo escrito en la CDMX. Llegué el sábado por la tarde noche. Ya venía yo preparado para ver y oír lo peor. El desabasto de gasolina ha creado un caos en esta ciudad. La gente tiene que hacer colas muy largas para adquirir el preciado líquido. Hay protestas en las calles y la gente se pelea. Perros haciendo filas con un garrafón en el hocico y muchas historias más. Mientras venía en el autobús, había leído un escrito publicado por una amiga en su “feis” en el que describía la situación casi como el fin del mundo.
Óscar pasó por mí a la terminal y nos fuimos platicando del asunto. Él no está a favor del nuevo gobierno. De hecho su opción de voto fue otra. Obvio, eso no obsta para que nuestra amistad siempre esté en equilibrio. Me pidió que lo acompañara a cargar gasolina y sí, había una fila enorme. Nos tomó como hora y media cargar gasolina. Pero durante la espera platicamos de los diferentes puntos de vista sobre la situación y de otros temas también. Había orden en la gente, nadie se metió en la fila, uno de los trabajadores empezó a repartir boletitos con número para ser atendidos. Nos tocó el cincuenta y siete. Cuando nos atendieron, Óscar pidió que llenaran el tanque. Un taxi que estaba delante de nosotros, después de llenar el tanque, sacó un garrafón grande y pidió más gasolina. Salimos de la gasolinera y nos dirigimos a casa de mi amigo.
Tenemos que tener confianza en nuestro presidente. Creo que todos, hombres y mujeres lo hemos hecho con los anteriores, ya lo mencioné en otros artículos. No podemos apostar por el caos. Viendo hacia atrás, hemos podido comprobar, y seguimos comprobándolo, que algunos miembros de la clase política se aprovecharon de nosotros, de nuestro país y de nuestros recursos. Ahora toda la porquería está saliendo a flote. Y lo que falta.
Tenemos que ponernos las pilas. Participar hombro con hombro, ciudadanos y gobierno, para salir adelante. La democracia tal vez no se la gran solución a los problemas de una sociedad, pero es la única opción, y la mejor, así pienso, para avanzar en la vida social. Entre todos podemos elegir de entre muchas opciones de solución y, si nos equivocamos, nos volvemos a organizar para encontrar otra solución. Las probabilidades de equivocarnos siempre existirán, pero de eso se trata la vida. ¿No es cierto? Cada uno de nosotros, hombres y mujeres estamos en una constante búsqueda en la vida. Algunas veces tomamos decisiones correctas, y otras más, nos equivocamos. Dicen que el hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra. Y sin embargo, cada día tenemos la opción de ser mejores.
En el caso de las riendas de un país, nos hemos equivocado, y más que eso, creo, los que han llegado al poder, al darse cuenta de todo lo que pueden hacer para enriquecerse, han olvidado al pueblo para llevar agua a su molino. Eso lo tenemos que acabar. ¿Cómo? Con la participación ciudadana activa.
Esto que está sucediendo con lo de la gasolina, sabemos que no es nuevo. Sabemos desde siempre que los malnacidos siempre han saqueado al país, han robado al pueblo. Lo que no sabíamos era la magnitud tanto del robo como del modus operandi. Nuestro presidente está trabajando en nuestro beneficio, confío en ello, y estoy seguro que la cloaca se está abriendo tanto que seguro habrá otras sorpresas, pero al final, eso será en beneficio de México.
No creas todo lo que escuches ni en todo lo que veas. Ni siquiera creas lo que escribo. Investiga. Analiza si lo que escuchas o lees es parte de un discurso dominante, publicado en esta columna el once de noviembre. Recuerda que hasta las redes sociales funcionan de acuerdo a tu perfil. Si eres de X gusto, eso te darán de información y si eres de Y, te darán eso mismo.
No te dejes llevar por los rumores porque, según Madame de Staël, éstos se parecen al humo, se disipan pronto pero ennegrecen todo lo que tocan.
Tal vez no todo salga como espero en este sexenio. Pero de lo que sí estoy seguro, es que será un parteaguas en la historia de México, sobre todo, porque el ciudadano mexicano cada día es más consciente de su responsabilidad para actuar en consecuencia respecto de cómo debe de ser la convivencia social, y, por tanto, eso traerá como consecuencia un mejor país. El destino nos espera. No permitas que los rumores te distraigan. Recuerda que nunca llegarás a tu destino si te detienes a tirar piedras a cada perro que ladra.