Pero bueno, como no siempre es fácil evadir el compromiso o porque algunas veces sí queremos demostrar a las personas que nos tomamos un tiempo especial para encontrar el regalo perfecto como una forma de compartir nuestros viajes con ellos, aún en la distancia, aquí les comparto algunos de los consejos que suelo dar a quienes me preguntan como hago para regalar cosas a mis amigos y familia si viajo tanto
Con estos sencillos tips podrás dejar de sufrir y comenzar a disfrutar las compras de los mejores souvenirs en cada una de tus aventuras viajeras.
- Elige bien
No sólo se trata de elegir bien los regalos, también a aquellas personas a las que se los darás. Si a todos les das un souvenir, entonces nadie va a sentirse especial. Por ello es mejor quizá comprar primero cosas económicas y masivas como para tus compañeros de la oficina, pero tomarte el tiempo necesario para aquellas personas que son importantes para ti o que te apoyaron para lograr este viaje. Por ejemplo, la persona que te acompañó mientras lo planeabas, quien te ayudó alimentando a tu perro o regando tus plantas, y por supuesto tus familiares y amigos cercanos. Si en sus regalos gastas un poco más no te dolerá porque estamos seguros de que ellos apreciarán el tiempo que dedicaste a elegir sus obsequios. Si viajas con frecuencia, una buena idea puede consistir en ir cambiando los destinatarios de regalos con cada travesía: una vez les tocará a tus amigos del club, otra a tus compañeros de oficina, la siguiente a tus primos y así sucesivamente.
- Regalos masivos
Siempre es un buen detalle volver a la oficina con algo para compartir después de un viaje de trabajo. Escoge presentes que puedan ser disfrutados por más de uno. Todo lo que tiene que ver con la gastronomía (vinos, dulces, embutidos, quesos, especias, chocolate, té, café, etcétera) es ideal. Además, los productos típicos son una excelente forma de que quienes se quedaron en casa puedan “saborear” y “oler” el destino donde estuviste. Un consejo: no los compres en las tiendas de aeropuertos o en áreas turísticas. Los mercados e incluso las tiendas de autoservicio locales pueden tener excelentes opciones de productos típicos a un precio mucho mejor.
- Piensa en cada persona
No compres cosas que te gustaría llevar a ti, sino en los gustos de tus amigos o familiares. Si compras todo lo que te gusta a ti, te costará mucho más trabajo desprenderte de esos recuerdos cuando regreses a casa. Si no puedes resistir la tentación de comprar algo porque te encanta… ¡quédatelo! Pero eso está fuera de tu lista de recuerdos para regalar.
- Consume productos locales
En los lugares típicos de souvenirs lamentablemente es raro encontrar productos auténticos pues es un mercado que ha sido acaparado por las maquiladoras chinas. Es mucho mejor llevar algún objeto artesanal o de producción local, aunque no diga la trillada frase “recuerdo de…” ¿Te encantó ese chocolate con leche que tomaste en Oaxaca? ¿El humeante café que te bebiste en Chiapas? ¿Las conservas en Puebla? ¿El rebozo de la mesera que te sirvió el desayuno en Zacatecas? ¡Esas son las cosas que debes obsequiar a tus amistades.
- ¿Dónde comprar?
Por favor, evita las tiendas de regalos de los aeropuertos. Suelen tener precios más caros y los objetos previsibles, que todos conocen. Además, no siempre son de la mejor calidad. Visita almacenes, ferias artesanales y supermercados. Hasta los objetos de uso cotidiano pueden ser buenas ideas: cremas con fragancias extrañas, velas, alimentos o bebidas. Evita los objetos decorativos. Los pequeños adornitos y miniaturas suelen ser un clásico que muchos odian, aunque no lo admitan. Además no siempre van a combinar con la decoración de cada casa de tus amigos y terminarán guardados en el fondo de un cajón. Di sí a los productos típicos o regionales, incluídos la música, los libros y el arte. Además de ser originales, apoyarás el desarrollo de la economía local.
- Viaja ligero
Elige objetos pequeños, livianos y que no sean frágiles. De lo contrario, se convertirán en un dolor de cabeza a la hora del regreso. Y, lo que es peor, pueden llegar rotos o deteriorados. En caso de que no puedas evitar comprar un objeto frágil. Pide que lo envuelvan bien en la tienda donde lo compres, elige un lugar protegido dentro de tu maleta y, si necesario, llévalo contigo en tu equipaje de mano. Si tienes dudas siempre pregúntate si tú usarías eso, si lo pondrías en tu casa o si lo guardarías en un rincón. Si no sabes la respuesta, mejor no lo compres y busca otra opción.