La primera vez que practiqué este deporte extremo fue hace ya casi 10 años, cuando apenas iniciaba esta actividad econturística y de aventura en el estado de Morelos. Ya era famosa en los ríos de Veracruz pero a Morelos había llegado como algo muy novedoso. La experiencia fue inigualable.
Recuerdo muy bien que el entrenamiento era muy rápido y había que poner mucha atención. El compromiso no sólo era con mi seguridad, sino con la de las otras 9 personas que también irían en la balsa. Remar adecuadamente, en el tiempo que se indica y seguir las instrucciones del guía al pie de la letra, eran la única garantía para poder pasarla bien en forma segura.
Por supuesto la experiencia fue tan memorable que después la repetí, y desde entonces no me canso de recomendar cada verano a las personas que pierdan el miedo al agua y simplemente se dejen llevar por la corriente, y por supuesto, aprendan a dominarla.
El nombre con el que se conoce internacionalmente a este deporte de aventura, proviene de la palabra en ingles raft, que significa “balsa”. Su traducción al español es “balsismo” pero también se conoce como descenso de ríos o simplemente “los rápidos”. De lo que se trata de navegar por un río de aguas blancas, como también son conocidos los ríos rápidos por la espuma que se forma en las partes más turbulentas. Pero no nada más es cosa de subir a la balsa y dejarse llevar, por supuesto que no pues las corrientes y trayectorias de los ríos hacen que el mantener el control de la balsa requiera de diversos grados de conocimiento, técnica y por supuesto riesgo. Los ríos y sus distintos tramos se clasifican del I al V de acuerdo con su grado de dificultad. Para realizar esta actividad, es indispensable la compañía de un guía profesional que domine la técnica del rafting. No es necesario que todos los tripulantes tengan experiencia, pues con una amena y divertida charla los guías se encargan de capacitar a los tripulantes antes de empezar a navegar. Pero lo que siempre destacan es que esta es una actividad de equipo, donde si uno falla, se hunden todos.
Rafting en Veracruz
El lugar más conocido en México para practicar balsismo es Veracruz donde existen diversos niveles de dificultad para el descenso en ríos. Así que puede ser una actividad lo mismo para jóvenes intrépidos, que para familias con niños mayores a seis años.
Algo estupendo de esta actividad es que además de mantenerte en adrenalina, también te permite reencontrarte con la naturaleza pues en los recorridos también existent remansos (agua calma) donde se puede contemplar la exuberante vegetación propia de la selva veracruzana y que dan un respiro para reflexionar el papel de cada ser vivo en la maravilla de la naturaleza. El río más recomendable para tener una grata experiencia es el Filobobos. El trayecto te fascinará por la serie de escalas en lugares increíbles donde se aprecian a plenitud los majestuosos paisajes de la selva veracruzana; por si fuera poco, en las inmediaciones hay una zona arqueológica totonaca que hace aún más espectacular y completa la visita.
Morelos, Tabasco y San Luis Potosí también tienen lo suyo
México tiene innumerables caudales de ríos que atraviesan por todo su territorio por ello, Veracruz no es la única opción.
Según la clasificación mundial de rápidos, en el país encontrarás ríos clase III y IV, cuyo grado de dificultad va del nivel medio al avanzado. Uno de los más visitados en la última década es el río Amacuzac, ubicado al sur del estado de Morelos. Se trata de un recorrido que te llevará por más de 10 km de rápidos que atraviesan un impresionante cañón bordeado de vegetación tropical.
Al sur, en el estado de Tabasco, también se puede hacer rafting en el Río Usumacinta, concretamente en los rápidos de San José, que se localizan en el municipio de Tenocique.
Son uno de los mejores escenarios para la práctica del rafting. En esta zona se realiza el Maratón Náutico del río Usumacinta. Entre los bellezas naturales de la zona se encuentran grandes paredes de roca, fauna salvaje, refrescantes pozas para nadar y antiguas ciudades mayas escondidas entre la selva. Son perfectos para nivel intermedio pues están clasificados como nivel III.
Por último, la región de la Huasteca potosina abre paso a lugares insólitos que cumplirán tus expectativas de aventura. El viaje en balsas por el río Tampaon te llevará por un cañón de piedra caliza que atraviesa paisajes de gran belleza donde observarás algunas de las cascadas más espectaculares de México como la cascada Tamul. Además de la práctica del rafting, los alrededores ofrecen otras posibilidades como la escalada en roca, ciclismo de montaña y senderismo.
Si aún no saben a donde viajar estas vacaciones, consideren la opción de practicar rafting en cualquiera de los destinos que aquí les recomiendo, no tengan miedo, es una actividad segura para toda la familia, siempre y cuando se sigan las instrucciones al pie de la letra y se use el equipo de seguridad indicado por los prestadores de estos servicios turísticos.