¿Qué tan seguido piensas en la huella que tu pasión viajera deja en el planeta?
Resulta que el impacto de la industria turística es tan relevante que el 4 de diciembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó dedicar el año 2017 al Turismo Sostenible para el Desarrollo, reconociendo con esto la importancia del turismo internacional y, en particular, la necesidad de promover una mejor comprensión entre los pueblos en todas partes. La hipótesis de la ONU es que fomentar una mayor conciencia de la riqueza del patrimonio de las diversas civilizaciones y llevar a una mejor apreciación de los valores inherentes de las diversas culturas, contribuirá al fortalecimiento de la paz en el mundo.
¿Suena ambicioso no? construir paz al viajar. Sin embargo, lo cierto es que realmente si hay algo capaz de transformarnos en mejores personas, más tolerantes, son precisamente los viajes.
El turismo sostenible va mucho más allá de una preocupación por el medioambiente. Se trata de una visión integral para el desarrollo humano. Los beneficios así se extienden del planeta, hacia las comunidades y también hacia las y los viajeros.
Y es que, a diferencia de lo que en los años noventa se conocía como “ecoturismo”, hoy se ha transformado en un concepto que se basa en la sostenibilidad, que a su vez, está conformada por tres pilares: economía, sociedad y medioambiente.
Y es que, sabemos que el turismo genera empleo, altos ingresos y desarrollo en los países menos desarrollados, por lo tanto, debe ser una industria que se mantenga con un modelo a largo plazo.
Algunos de los objetivos de este año internacional, tienen que ver con la protección de los océanos, los mares, los ríos y la fauna marina, también se busca promover el consumo y la producción de alimentos sostenibles, es decir, alimentos producidos localmente, con técnicas que no dañen el planeta ni al ser humano, y cuya forma de preparación y lo que se haga con los desechos, sean contempladas como un ciclo, porque la alimentación ni empieza en el mercado ni termina en el plato.
Son justo estas dos vertientes las que hacen que el concepto de turismo sostenible ya no tenga que ver con el viejo concepto del ecoturismo que en los años noventas nos hizo recorrer bosques y selvas, en cabañas sin energía eléctrica, que nos acercaban a la naturaleza.
Cada año, más de mil millones de personas viajan por todo el mundo y es por eso que el turismo es una poderosa fuerza capaz de ser un motor de desarrollo para millones de personas.
En la actualidad, esta industria es uno de los principales sectores de generación de empleo en el mundo y ofrece importantes oportunidades de subsistencia, con lo que contribuye a aliviar la pobreza y el desarrollo inclusivo, según palabras del mismo ex secretario de la ONU, Banki-moon.
Así, viajar deja de ser una experiencia hedonista en exclusiva para transformarse en un estilo de vida en el que están involucrados diversos actores sociales. Los viajeros buscan ahora experiencias singificativas, que les hagan sentir mejores personas es por ello que se debe trabajar para elevar la conciencia colectiva sobre los temas de sostenibilidad.
Existen al menos tres categorías asociadas a este concepto que pueden mezclarse entre sí en cada una de las experiencias de viajes para el desarrollo sostenible. La primera es el turismo responsable, que es el turismo que minimiza los impactos sociales, económicos y ambientales negativos; genera mayores beneficios económicos para la población local y mejora el bienestar de las comunidades huéspedes; mejora las condiciones de trabajo y el acceso de la industria; involucra a la población local en las decisiones que afectan sus vidas; contribuye positivamente a la conservación del patrimonio natural y cultural que abarca la diversidad: brinda experiencias más agradables para los viajeros a través de conexiones más significativas con la población local, y una mayor comprensión de las cuestiones culturales, sociales y ambientales locales; contempla el acceso para personas con discapacidad y es culturalmente sensible, es decir, que fomenta el respeto entre turistas y anfitriones, construyendo así el orgullo local y la confianza.
La segunda es el ecoturismo que es aquel turismo responsable con el medioambiente, la posibilidad de visitar áreas relativamente inalteradas de la naturaleza para disfrutarla, pero también para estudiarla y tratar de entenderla. Lo primero que se promueve es la conservación, se diseñan actividades de bajo impacto y prevé la participación activa de las poblaciones locales, que reciben beneficios socioeconómicos.
Una vertiente de éste es el geoturismo pero en éste la experiencia se centra en encontrar y vivir el “sentido de lugar”
Por último, está el “Volunturismo” es una forma de viaje en donde uno se ofrece de voluntario en proyectos que dan un servicio de vuelta a la comunidad.
El Año Internacional aspira a sensibilizar a los responsables de tomar decisiones y al público en general de la contribución del turismo sostenible al desarrollo, movilizando a la vez a todos los grupos de interés para que trabajen juntos para hacer del turismo un catalizador de cambio positivo. Y tú, ¿cómo viajas? no olvides que el turismo sostenible también se vuelve un estilo de vida responsable. ¡Felices Viajes!