Hasta hace poco, los viajeros y habitantes de la Ciudad de México tenía la alternativa de disfrutar de estos paseos colectivos, que impulsan no sólo la movilidad responsable, también el turismo amigable con el medioambiente y la convivencia familiar.
Bicicom es un proyecto emprendedor nacido en 2013 con el que un par de apasionados de la historia y la cultura encontraron la forma de combinar los paseos culturales, con la actividad recreativa y lúdica, con la movilidad sustentable y la responsabilidad socioambiental.
Sin embrago, por increíble que parezca, hoy esos emprendedores son víctimas de quienes se supone deberían existir para apoyar este tipo de iniciativas, sus propios gobernantes y funcionarios públicos.
Aunque el proyecto nació en 2013, como pasa con cualquier emprendimiento, tardó en “cuajar”, de hecho yo conocí personalmente a María, una de las fundadoras, en el programa de incubación de emprendimiento de alto impacto de Venture Institute, que actualmente se ha transformado en Numa México.
Desde el primer momento me pareció no sólo una gran idea para mejorar las opciones de servicios accesibles para los viajeros en la Ciudad de México, también un emprendimiento social y responsable con el medioambiente y que promueve incluso la actividad física en una ciudad donde sus habitantes enfrentan serios problemas de sobrepeso y obesidad derivados del sedentarismo.
La empresa de María siguió avanzando y con mucho esfuerzo consiguieron recursos para alquilar un local cercano al Monumento a la Revolución para prestar sus servicios. Invirtieron en cuatro bicicletas colectivas llamadas “biciorugas”. También en equipo de protección y visibilidad para la seguridad de los usuarios. Su servicio resultó impecable y con muy buena aceptación entre los paseantes capitalinos.
Sin embargo, esta mañana me despierto con la noticia de que autoridades de la Secretaría de Movilidad (Semovi) no sólo han plagiado su proyecto, también les han despojado de estas biciorugas que son el patrimonio de los micro-empresarios.
Donovan Soriano denunció en el blog Cletofilia y en redes sociales desde el año pasado que la Semovi les había robado el proyecto.
Y es que con lo que no contaron los funcionarios del gobierno encabezado por el perredista Miguel Ángel Mancera, es que el diseño de estos vehículos es propiedad de los fundadores de Bicicom pues en 2013 sus creadores ganaron un premio del Consejo Nacional para Cultura y las Artes (CONACULTA) para diseñar un vehículo a pedales que se ensambla en diferentes módulos, como si se tratara de un tren de propulsión humana. Donovan ha explicado que Bicicom nació “como una pieza de arte para integrar a la sociedad”.
Al ganar el concurso, los fundadores buscaron a diversos diseñadores para hacer los prototipos, uno de ellos fue Ecotenka, que ya son conocidos en el mundo ciclista por sus diseños de bicicletas incluyentes. Eso también fue publicado en el blog Cletofilia, en 2014.
En 2015 Bicicom comenzó a operar pues ya contaba con un permiso del Gobierno de la Ciudad de México,otorgado por Horacio Robles Ojeda, director general del GDF y de la Autoridad del Centro Histórico. En aquel momento ofrecían un servicio recreativo y cultural en el que los pasajeros pedaleaban juntos la bicioruga mientras conocían la historia y cultura del Centro Histórico de la Ciudad de México.
A finales de ese año, la Semovi los buscó para apoyarles e “impulsar” su proyecto. En enero de 2016 arrancaban por su parte, el programa de incubación del entonces llamado Venture Institute que después se convirtió en Numa México. Este programa fue apoyado por el WRI (World Resource Institute) y CTS Embarq. Fue allí donde yo los conocí y me pareció sin duda un proyecto con mucho futuro, dada la cantidad de turistas y sobre todo por el discurso que el gobierno capitalino ha tenido de apoyo al ciclismo y a la movilidad sustentable. Por eso es más decepcionante aún lo que ocurrió después.
“En junio de 2016 los llaman de la SEMOVI a una reunión, a la que fue Donovan Soriano y lo recibieron Carlos Meneses, subsecretario de transporte y Laura Ballesteros, subsecretaria de planeación.
“Fue una reunión en la que trataron de intimidarme. Me avisaron que ellos ya tenían sus propias bicicletas y que iban a comenzar a dar el servicio en el Centro, además de ampliarlo a Coyoacán y Xochimilco. Quisieron minimizar nuestro proyecto”, relata Donovan a Cletofilia.
Como uno de los acuerdos que surgieron de esa junta fue los choferes de Bicicom debían llevar ahora un chaleco color rosa, el color oficial de la CDMX y el logotipo del Gobierno de la Ciudad en la espalda. Después de aquella reunión, Donovan se comunicó con Horacio Robles Ojeda quien les respondió que no tenían de qué preocuparse, pues Bicicom tenía los permisos vigentes.
Dos meses más tarde, personal de la Semovi retiró las biciorugas y se las llevaron en camionetas, a pesar de no tener motivo legal para hacerlo. Casualmente, después de este atropello, el mismo Gobierno del Distrito Federal lanzó un programa gratuito con bicicletas colectivas idénticas mismo que además fue ampliamente difundido, y presumido en el marco de la Cumbre de Alcaldes contra el Cambio Climático C40 donde incluso la Alcaldesa de París, y nueva presidenta de C40, manejó junto a Miguel Ángel Mancera ese vehículo cuyo diseño había sido plagiado.
Por supuesto los emprendedores denunciaron el plagio, pues tienen los derechos registrados por el diseño y la propiedad intelectual. La denuncia procedió y por este motivo, se les colocaron sellos a las bicicletas del programa gubernamental con la leyenda “mercancía asegurada”. Tenían 10 días para responder la demanda pero no lo hicieron. Lejos de ello, como vándalos, lo que hicieron fue quitarles ahora las otras dos bici-orugas con las que Bicicom continuaba operando en resistencia. Yo me pregunto, ¿así es como quiere promover la movilidad y el turismo el señor Mancera? ¿con robo de ideas y abuso de poder? Me hace sentir vergüenza de vivir en una ciudad gobernada por #LordPirata.