Jojutla.- A pesar de que por lo menos 140 escuelas del estado han sido certificadas como “escuelas saludables”, padecimientos como la obesidad siguen siendo un problema entre la población estudiantil, debido a que hay otros factores que tienen que ver con el cambio de hábitos.
Blanca Xóchitl Lucena Pantaleón, responsable del programa de salud escolar en el estado, confirmó que en el año 2016 fueron 140 escuelas las certificadas como saludables, desde preescolar hasta nivel superior.
Sin embargo, reconoció que eso no significa que todos los alumnos -que han recibido información para estar sanos, ferias de la salud y sobre la importancia de las actividades físicas- sigan estas recomendaciones.
“Ocurre que tiene que ver también con una educación desde casa, es algo cultural, y también que tiene que ver con la globalización, pues actualmente la comida rápida, la comida chatarra, la vida sedentaria, es la que también ha favorecido, y algunas veces los padres de familia, que aún no le quieren entrar a esto de la prevención y promoción de no obesidad y de llevar una vida activa saludable; tiene que ver mucho con eso, con la educación principalmente”.
Comentó que no se puede asegurar que el cien por ciento de los alumnos que reciben esta información le den continuidad. “El 80% sí lo hace hasta la vida adulta y el otro 20% a lo mejor no, porque hay factores culturales que no le permiten hacerlo, como el hecho de que a lo mejor la mamá trabaja y le da comida rápida, o no tiene tiempo para actividades recreativas y el niño se la pasa viendo televisión, etcétera”.
Reconoció que llevará muchos años que la población escolar en su totalidad, asimile y comience a realizar actividades preventivas de salud, pero hay muchas áreas que trabajan en ello y ya quedará en los padres el conocimiento de que el problema de la obesidad los está rebasando.
Resaltó el ejemplo de la Escuela Miahua Xóchitl, de Jiutepec, en donde al final del proyecto sí hubo cambios de hábitos. “Los niños en lugar de querer sus totopos y estar sentados frente al televisor empezaron a realizar ejercicio, y las mamás les ponían verduras en sus alimentos”. “Cambiaron los hábitos de alguna manera, incluso ellas aprendieron a cocinar saludable, lo que quiere decir, y está probado, que existe la posibilidad de un cambio en la cultura de la alimentación”.
Asimismo, señaló que llevará tiempo llegar a todos los planteles escolares para certificarlos como saludables, pues una vez que se selecciona una escuela, se lleva entre seis y nueve meses para certificarla, dependiendo del número de alumnos y de otros muchos factores.